Un dilema: combustibles costosos implican calorías mas caras

El alza de aceites comestibles en India obliga a racionarlas. En Estados Unidos hay escasez de harinas. Varias plantas malayas de diésel oil vegetal están paradas porque no pueden pagar insumos por demás caros.

22 enero, 2008

El fenómeno se parece a los sucedido con el petróleo desde 2004. Cunden déficit y altos precios en aceites de palma, soja y demas insumos que sustituyen a los hidrocarburos. El índice elaborado por la Organización para Agro y Alimentos (OAA, FAO en inglés), Naciones Unidas, sobre sesenta rubros alimentarios exportados, trepó 37%en 2007. Ya lo había hecho 14% en 2006 y, este año, apunta a mayor ritmo.

Algunos países pobres se desesperan. Sólo en cuanto va de enero, ha habido protestas y disturbios por escasez de trigo (Pakistán), soja (Indonesia, Malasia) y arroz (Egipto). China aplica controles de precios a aceites comestibles, granos, carnes rojas, lácteos y huevos. Según la OAA, durante los últimos meses de 2007 estallaron desórdenes en ambas Guineas, Mauritania, Senegal, Gambia, Marruecos, México, Uzbekistán y Yemén.

En efecto, los mercados alimentarios mundiales están cambiando y no para bien. La prolongada alza de crudos y sustitutos altera las relaciones entre producción de alimentos y su transporte internacional. Una creciente demanda doble genera tensiones entre explotación tradicional de la tierra para cultivar alimentos, uso para producir biocombustibles y equilibrio ecológico, particularmente en zonas tropicales.

Una clase media que se expande por el mundo en desarrollo exige más proteínas, o sea lácteos, carnes rojas y blancas. Todo eso ocurre mientras el planeta sufre cambios climáticos (efecto invernadero, entre ellos) que eventualmente dificultarán el cultivo de alimentos o insumos sustitutos. Aun el áreas templadas tan favorables como Canadá, Australia, Argentina o Nueva Zelanda. En un futuro previsible, los precios al consumidor y las utilidades del cultivador subirán en materia de maíz, trigo y porotos de soja.

Este tipo de inflación no parece parar. Expertos en el tema esperan ulteriores alzas minoristas, tanto en países en desarrollo cuanto en economías centrales. Muchos gobiernos reaccionan elevando subsidios rurales, controles de precios, recortes de exportaciones o promoción de importaciones.

Ningún rubro ha aumentado tanto, desde octubre, como los aceites comestibles, con consecuencias a veces trágicas. Hace poco, una sucursal de Carrefour en Chongqing (China) lanzó una oferta de aceite comestible por un día. La estampida consiguiente dejó cinco muertos y treinta heridos. En Occidente, el aceite no pesa tanto, pero en el resto del globo es fuente de calorías: familias que producen sus propios alimentos la precisan para cocinarlos.

Entre los principales productos subtropicales, solo la caña de azúcar compite con el aceite de palma como fuente de calorías. Su precio ha saltado casi 70% el año pasado, debido a una oferta en lento crecimiento. Una serie de desastres naturales redujo a 2,7% el incremento mundial del insumo (a 41.100.00o toneladas). Mientras, los chacareros norteamericanos plantan más y más maíz y menos soja, pues los precios del cereal han sido inflados por la demanda de etanol. Por tanto, la superficie maicera aumentó 19% en 2007. También China redujo el cultivo de soja pero, en su caso, por urbanización de tierras aptas e incentivos para plantar granos.

En general, los chinos están consumiendo más aceites. El país no sólo es el mayor importador mundial de aceite de palma (5.750.000 tm en 2007), pues también ha doblado a 3.150.000 tm la compra de aceite de soja. Volviendo al aceite de palma, otrora tenido por mala fuente de calorías, hoy sustituye a las grasas químicamente alteradas (trans), consideradas dañinas. Dado que ciudades como Nueva York ya las prohíben en restaurantes, la importación sustituta de aceite de palma se ha doblado en 2007 en EE.UU., a 220.000 tm.

Por su parte, los biocombustibles representaban el año pasado casi 50% del aumento global de demanda en aceites vegetales y 7% del consumo total. Una variante, el biodiésel –para mezcla con diésel normal-, ha generado controversias interesadas (derivan del “lobby” petrolero) en cuanto a presuntos riesgos ecológicos. En un plano más serio, ambientalistas europeos advierten que el cultivo descontrolado de palma está arrasando bosques tropicales.

El fenómeno se parece a los sucedido con el petróleo desde 2004. Cunden déficit y altos precios en aceites de palma, soja y demas insumos que sustituyen a los hidrocarburos. El índice elaborado por la Organización para Agro y Alimentos (OAA, FAO en inglés), Naciones Unidas, sobre sesenta rubros alimentarios exportados, trepó 37%en 2007. Ya lo había hecho 14% en 2006 y, este año, apunta a mayor ritmo.

Algunos países pobres se desesperan. Sólo en cuanto va de enero, ha habido protestas y disturbios por escasez de trigo (Pakistán), soja (Indonesia, Malasia) y arroz (Egipto). China aplica controles de precios a aceites comestibles, granos, carnes rojas, lácteos y huevos. Según la OAA, durante los últimos meses de 2007 estallaron desórdenes en ambas Guineas, Mauritania, Senegal, Gambia, Marruecos, México, Uzbekistán y Yemén.

En efecto, los mercados alimentarios mundiales están cambiando y no para bien. La prolongada alza de crudos y sustitutos altera las relaciones entre producción de alimentos y su transporte internacional. Una creciente demanda doble genera tensiones entre explotación tradicional de la tierra para cultivar alimentos, uso para producir biocombustibles y equilibrio ecológico, particularmente en zonas tropicales.

Una clase media que se expande por el mundo en desarrollo exige más proteínas, o sea lácteos, carnes rojas y blancas. Todo eso ocurre mientras el planeta sufre cambios climáticos (efecto invernadero, entre ellos) que eventualmente dificultarán el cultivo de alimentos o insumos sustitutos. Aun el áreas templadas tan favorables como Canadá, Australia, Argentina o Nueva Zelanda. En un futuro previsible, los precios al consumidor y las utilidades del cultivador subirán en materia de maíz, trigo y porotos de soja.

Este tipo de inflación no parece parar. Expertos en el tema esperan ulteriores alzas minoristas, tanto en países en desarrollo cuanto en economías centrales. Muchos gobiernos reaccionan elevando subsidios rurales, controles de precios, recortes de exportaciones o promoción de importaciones.

Ningún rubro ha aumentado tanto, desde octubre, como los aceites comestibles, con consecuencias a veces trágicas. Hace poco, una sucursal de Carrefour en Chongqing (China) lanzó una oferta de aceite comestible por un día. La estampida consiguiente dejó cinco muertos y treinta heridos. En Occidente, el aceite no pesa tanto, pero en el resto del globo es fuente de calorías: familias que producen sus propios alimentos la precisan para cocinarlos.

Entre los principales productos subtropicales, solo la caña de azúcar compite con el aceite de palma como fuente de calorías. Su precio ha saltado casi 70% el año pasado, debido a una oferta en lento crecimiento. Una serie de desastres naturales redujo a 2,7% el incremento mundial del insumo (a 41.100.00o toneladas). Mientras, los chacareros norteamericanos plantan más y más maíz y menos soja, pues los precios del cereal han sido inflados por la demanda de etanol. Por tanto, la superficie maicera aumentó 19% en 2007. También China redujo el cultivo de soja pero, en su caso, por urbanización de tierras aptas e incentivos para plantar granos.

En general, los chinos están consumiendo más aceites. El país no sólo es el mayor importador mundial de aceite de palma (5.750.000 tm en 2007), pues también ha doblado a 3.150.000 tm la compra de aceite de soja. Volviendo al aceite de palma, otrora tenido por mala fuente de calorías, hoy sustituye a las grasas químicamente alteradas (trans), consideradas dañinas. Dado que ciudades como Nueva York ya las prohíben en restaurantes, la importación sustituta de aceite de palma se ha doblado en 2007 en EE.UU., a 220.000 tm.

Por su parte, los biocombustibles representaban el año pasado casi 50% del aumento global de demanda en aceites vegetales y 7% del consumo total. Una variante, el biodiésel –para mezcla con diésel normal-, ha generado controversias interesadas (derivan del “lobby” petrolero) en cuanto a presuntos riesgos ecológicos. En un plano más serio, ambientalistas europeos advierten que el cultivo descontrolado de palma está arrasando bosques tropicales.

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