¿Por qué descarriló la fusión Siemens-Alstom?

Cuando algo fracasa no hay un solo motivo, sino muchos combinados y potenciados.

7 febrero, 2019

Tanto la francesa Alstom como la alemana Siemens se encuentran haciendo un examen de conciencia para ver cuáles fueron los pasos mal dados que llevaron a Bruselas a decidir que la fusión no es necesaria.

 

Henri Poupart-Lafarge, CEO de Alstom, se arrepiente de haber usado la frase “campeón europeo” para definir la operación propuesta. “No imaginaba que iba a provocar una reacción tan negativa en la Comisión Europea. En lugar de pensar que se consolidaba una industria desparramada imaginaron que sería un solo jugador.

 

Cuando Joe Kaeser, CEO de Siemens, anunció el proyecto de fusionar su división trenes con su rival francesa Alstom usó esa frase fatídica para presentar la operación como parte de un amplio proyecto europeo. Dijo: “Creará un nuevo campeón europeo en la industria ferroviaria para el largo plazo” con el poder para desafiar a la CRRC china, la más grande fabricantes de trenes del mundo.

 

Otros factores intervinieron en el fracaso de la fusión. Parece que ambas empresas manejaron pésimamente las tácticas de lobby en Bruselas. Kaeser llevó la batalla del cabildeo a Twitter, desafió a Margrethe Vestager (la comisionada a cargo) en público diciendo que era “absolutamente ingenuo” creer que las naciones europeas en forma individual podían plantarse frente a China o Estados Unidos. Según personas allegadas al caso, Kaeser ni se reunión con Vestager ni la llamo en todo el proceso. El grueso de la negociación recayó en Roland Busch, miembro del directorio.

 

A los miembros de la Comisión Europea les pareció que las empresas estaban usando fuerza bruta política. En un momento el comisionado austríaco Johannes Hahn dijo a sus colegas: “Si Siemens hace trenes como hace lobby, no me sentaré más en uno de ellos (sus trenes).”

 

Por momentos Kaeser insistía en que la comisión no entendía el mercado ferroviario. Los funcionarios de ambas compañías señalaban que tanto una como la otra tenían una participación de 100% en el mercado de trenes de alta velocidad en sus respectivos países, por eso la fusión no hacía nada para alterar el paisaje competitivo en ambos mercados. Los funcionarios de la UE rechazan de plano este análisis y dicen que no tiene basamento legal.

 

Algunos hablan también de choque de culturas corporativas. Dos compañías acostumbradas a rivalizar, el choque entre las culturas era evidente para muchos, y con la agitada actividad desempeñada por ambos en el último año y medio, el deseo de una unión puede haber mermado.

 

Apenas unas semanas antes de anunciar la proyectada fusión con Alstom, Kaeser conversaba con Alain Bellemare, CEO de la canadiense Bombardier, sobre una operación que combinaría ambos grupos.

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