El capitalismo de Estado

Aunque parezca innecesario, vale la pena repetirlo. Ningún Gobierno puede ordenar que haya crecimiento económico. No es un problema de voluntad, sino de estrategia y de claridad y eficiencia en la gestión.

1 septiembre, 2012

<p>&nbsp;<span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Opini&oacute;n |</span></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
<img src="http://www.mercado.com.ar/mercado/ro/imagenes/foto_nota_1134_3_1.jpg" alt="" style="margin: 0px; padding: 0px; border: 0px; " /></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Sin embargo, para alimentar la creciente prosperidad de la que depender&aacute; su supervivencia a largo plazo, los l&iacute;deres pol&iacute;ticos en China, Rusia, las monarqu&iacute;as &aacute;rabes y otros Estados autoritarios han aceptado que tienen que adoptar un capitalismo basado en el mercado.&nbsp;<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
El problema es que si lo dejan totalmente librado a las fuerzas del mercado para ver qui&eacute;n gana y qui&eacute;n pierde, corren el riesgo de enriquecer a aquellos que van a usar su nueva riqueza para desafiar el poder del Estado. Algo inadmisible para un r&eacute;gimen autoritario. En consecuencia, abrazaron el capitalismo de Estado, en lo que algunos te&oacute;ricos creen ver una posibilidad a la actual versi&oacute;n dominante del capitalismo.<br />
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Dentro de esos pa&iacute;ses, las &eacute;lites pol&iacute;ticas usan empresas estatales &ndash;es justo reconocer que incluso tambi&eacute;n a las privadas leales al poder pol&iacute;tico&ndash; para dominar sectores econ&oacute;micos enteros, como petr&oacute;leo, gas natural, aviaci&oacute;n, navegaci&oacute;n marina, generaci&oacute;n de energ&iacute;a, producci&oacute;n de armamento, telecomunicaciones, metales, minerales, petroqu&iacute;micos y otras industrias. Todas estas organizaciones obtienen financiamiento gracias a gran cantidad de divisa extranjera excedente, muy conocida en algunos casos, como fondos de riqueza soberana.&nbsp;<br />
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En definitiva, el Estado utiliza los mercados para crear riqueza que puede ser orientada y utilizada como le plazca a los funcionarios pol&iacute;ticos. Es decir que el motivo &uacute;ltimo no es econ&oacute;mico (maximizar el crecimiento) sino pol&iacute;tico (maximizar el poder del Estado y las posibilidades de supervivencia del liderazgo). La finalidad no es entonces ideol&oacute;gica, sino utilitaria. Aunque es justo reconocer que, en la mayor&iacute;a de los casos, se permite que estas unidades econ&oacute;micas estatales se manejen con eficiencia y, en gran medida, con los mismos est&aacute;ndares que se aplican a la empresa privada en otras latitudes.<br />
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Si se repara en la profundidad de la crisis de Europa, en la fr&aacute;gil estabilidad de Estados Unidos, en la larga par&aacute;lisis de Jap&oacute;n, no hay duda de que el ejemplo de China, India y otras naciones emergentes torna muy atractiva la experiencia de este capitalismo de Estado y puede despertar su emulaci&oacute;n.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Supervivencia pol&iacute;tica<br />
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Buena parte de esta tesis, que ha suscitado controversias, se encuentra en el &uacute;ltimo libro del ensayista Ian Bremmer&nbsp;<em style="margin: 0px; padding: 0px; ">(The End of the Free Market: Who Wins the War between States and Corporations).</em>&nbsp;All&iacute; sostiene que este tipo de desaf&iacute;o novedoso aparece solo en Estados que nunca sostuvieron la democracia. Un elemento atractivo de su argumento es que este capitalismo de Estado siempre elige la supervivencia pol&iacute;tica del r&eacute;gimen por sobre la eficiencia econ&oacute;mica y la innovaci&oacute;n.&nbsp;<br />
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Bremmer cree que las &uacute;ltimas d&eacute;cadas hemos vivido, en general, en un mundo de libre mercado. Las empresas multinacionales con base en econom&iacute;as de libre mercado se convirtieron en actores econ&oacute;micos dominantes en el escenario global benefici&aacute;ndose de creciente acceso al capital, consumidores y trabajadores tanto en el mundo desarrollado como en los pa&iacute;ses en desarrollo de todo el mundo. Los Gobiernos parec&iacute;an menos relevantes mientras las ideas, la informaci&oacute;n, la gente, el dinero, los bienes y servicios cruzaban las fronteras internacionales a velocidad nunca vista, y a una escala que convierte a esos procesos en algo cualitativamente diferente de cualquier cosa que hayamos visto antes.&nbsp;<br />
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Ahora se da un momento cr&iacute;tico con el ascenso del capitalismo de Estado, especialmente pero no exclusivamente en China, una tendencia combinada con el da&ntilde;o perdurable que la crisis financiera ha infligido al modelo de libre mercado y la crisis de confianza que se registra en Estados Unidos, Europa y Jap&oacute;n.&nbsp;<br />
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De cualquier manera, Bremmer no cree que se pueda vislumbrar el fin del mercado libre. M&aacute;s a&uacute;n, cree que despu&eacute;s de un periodo de auge, es el capitalismo de Estado el que declinar&aacute;. Con lo cual deja planteado el interrogante sobre lo que vendr&aacute; luego.&nbsp;<br />
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Es que lo evidente parece ser que la situaci&oacute;n se va a poner mucho peor para los mercados libres porque el an&eacute;mico crecimiento y alto desempleo en el mundo desarrollado alimentar&aacute;n una reacci&oacute;n en contra del sentimiento de libre mercado. Claramente hay m&aacute;s apoyo al proteccionismo y una posici&oacute;n m&aacute;s dura frente a la inmigraci&oacute;n tanto en Europa como en Estados Unidos.&nbsp;<br />
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Pero, &ldquo;El capitalismo de Estado no es una ideolog&iacute;a&rdquo;. Como bien dice Bremmer: &ldquo;Es, m&aacute;s bien, un conjunto de principios de gesti&oacute;n. No podr&aacute; nunca igualar el atractivo que tuvo el comunismo para el imaginario colectivo porque no naci&oacute; como respuesta a la injusticia. Fue creado para maximizar la influencia pol&iacute;tica y las ganancias del Estado, no para enmendar entuertos hist&oacute;ricos. El sistema no es igual en un pa&iacute;s que en otro porque las &eacute;lites gobernantes en Beijing, Mosc&uacute; y Riyadh lo usan para satisfacer necesidades diferentes. Y no hay dos Gobiernos que puedan alinear totalmente sus intereses. Por su naturaleza misma es exclusivista; como el mercantilismo, promueve un Estado a expensa de otros. Por eso es que no puede haber ning&uacute;n capitalismo de Estado donde haya consenso&rdquo;.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
<strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Punto final para el capitalismo de amigos</strong></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><img src="http://www.mercado.com.ar/mercado/ro/imagenes/foto_nota_1134_3_2.jpg" alt="" style="margin: 0px; padding: 0px; border: 0px; " /><br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
N&eacute;stor Kirchner</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><img src="http://www.mercado.com.ar/mercado/ro/imagenes/foto_nota_1134_3_3.jpg" alt="" style="margin: 0px; padding: 0px; border: 0px; color: rgb(51, 51, 51); font-family: Arial, Tahoma, Verdana, Helvetica, sans-serif; background-color: rgb(243, 243, 243); " /></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Axel Kicillof<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
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Hay quienes encuentran similitudes entre esta concepci&oacute;n del capitalismo de Estado y algunos acontecimientos recientes en la Argentina. Advierten que se abandona el capitalismo de amigos de los &uacute;ltimos a&ntilde;os, en beneficio de una versi&oacute;n aut&oacute;ctona del capitalismo estatal.&nbsp;<br />
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Primero la nacionalizaci&oacute;n de Aerol&iacute;neas Argentinas, por necesidad. Luego la expropiaci&oacute;n accionaria a Repsol para contar con una YPF estatal; pero tambi&eacute;n la rescisi&oacute;n del contrato con la ferroviaria TBA &ndash;para tapar una cat&aacute;strofe y el estado calamitoso del material rodante&ndash; son todas manifestaciones de una tendencia, aunque los m&oacute;viles parecen ser necesidades inmediatas y el salvataje de la pol&iacute;tica y de algunos pol&iacute;ticos.<br />
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Sin embargo, m&aacute;s all&aacute; de la coyuntura, aparecen algunos elementos que hace que muchos observadores entiendan que hay un cambio de ruta muy fuerte. Durante el tiempo de N&eacute;stor Kirchner, los empresarios se quejaban del continuo y arbitrario intervencionismo de organismos estatales y &aacute;mbitos de gobierno. Ahora lo extra&ntilde;an con profunda melancol&iacute;a.<br />
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Al ex Presidente le interesaba &ldquo;una burgues&iacute;a adicta&rdquo;, sumisa y colaboradora. Para eso hac&iacute;a falta mostrar el garrote a veces, pero siempre ofrecer la zanahoria. Lo importante era que ni remotamente los intereses privados pudieran perturbar al poder pol&iacute;tico.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Toda esa cohorte de empresarios amigos del poder que ha desfilado exhibiendo su adhesi&oacute;n expresa o t&aacute;cita &ldquo;al modelo&rdquo; ha sido enviada al destierro o est&aacute; a punto de serlo.&nbsp;<br />
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El m&aacute;s reciente y amargo descubrimiento es que ya no basta &ndash;como antes&ndash; con mantener la boca cerrada. Aun haciendo buena letra, el largo brazo del poder puede llegar para absorber la propiedad de una empresa.&nbsp;<br />
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Muchos te&oacute;ricos del Gobierno sostienen que el capitalismo de Estado es una tendencia firme en todo el mundo y que ha llegado para quedarse. Sin duda, como lo explica el libro de Bremmer, las grandes econom&iacute;as tradicionales atraviesan una tormenta in&eacute;dita y en el mundo de las econom&iacute;as emergentes, es frecuente ver actores estatales como las empresas chinas, rusas o indias, pero tambi&eacute;n los gigantescos fondos de inversi&oacute;n de los pa&iacute;ses &aacute;rabes y de otros productores de materias primas.<br />
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Pero todos estos actores presentan una diferencia esencial con lo que pretende ser &ldquo;el modelo&rdquo; aplicable en nuestro medio. Son gestionados con criterios de eficiencia y obligaci&oacute;n de conseguir resultados como si fueran empresas de capital privado. Y se convierten en empresas &ndash;estatales&ndash; multinacionales con gravitaci&oacute;n y peso espec&iacute;fico. Algo que alegrar&iacute;a si sucediera entre nosotros. Pero el experimento vern&aacute;culo va claramente en sentido opuesto a lo que ocurre en el mundo.</p>

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