Mercados ultravolátiles, ¿señal del nuevo tiempo?
Como sucedía al comenzar la semana tras la conmemoración del 11 de septiembre en Nueva York, las plazas bursátiles y financieras (no son lo mismo) no lograban definir tendencias. Durante la semana pasada, las acciones oscilaban de +4,5 a -6% en horas. En suma, septiembre ahondaba los vaivenes de julio y agosto.
12 septiembre, 2011
<p>Otra vez, operadores, banqueros y especuladores afrontan el “peligro griego”. Vale decir, Atenas vacila al borde la insolvencia y podría abandonar el euro y volver al dracma. Si ese país entra en cese de pagos, podrá castigar a las grandes entidades privadas, poner en crisis al Banco Central Europeo (BCE) y forzar la intervención del Banco Internacional de Ajustes (BAI, “banco central de bancos centrales”). <br />
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Esta “cadena de la ansiedad” explica que los analistas sospechen la acción de nuevas fuerzas en los mercados principales. Su primera manifestación es una especie de “permanente inconstancia”, merced a la cual las fuertes oscilaciones de precios se tornan sistémicas. <br />
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La volatilidad actual era desconocida en la historia reciente de los mercados. Así revela un trabajo del New York Times, que describe los vaivenes de la cartera internacional Standard & Poor’s 500 desde 1962. Algunos especialistas ven la volatilidad como problema porque aleja a los inversores del mercado, mina la confianza en la economía, aleja a las empresas de la pizarra y genera ulteriores caídas de cotizaciones.<br />
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Existe una interpretación inversa, según la cual los títulos “deben” ser volátiles porque hay excesivas incertidumbres sobre el rumbo de las economías. Por lo mismo los apostadores hábiles aprovechan los amplios vaivenes o, sencillamente, se quedan al margen –o pasan a colocaciones duras- hasta que retorne el equilibrio.<br />
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Naturalmente, los expertos afines al negocio financiero sostienen que “estos fenómenos no son buenos ni malos de por sí”, como subraya Michael Schmanske (Barclay’s Capital). En realidad, “representan grandes oportunidades, pero también peligros”. En definitiva, ¿qué causa este auge de vaivenes? <br />
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<p>Resulta difícil saberlo con seguridad. Pero una escuela de econometristas apunta a nuevos tipos de operaciones computadas, a medida de las propias turbulencias. Por ejemplo, el conventillo alrededor de la pelea legislativa sobre al tope del endeudamiento federal en EE.UU. También puede ocurrir que la velocidad accionaria se deba al ritmo de las noticias y a que hoy se hace en horas lo que antes exigía días, semanas, etc.</p>
<p>Otro grupo de econometristas teme que la volatilidad esté realimentándose a sí misma. “Estas violentas alzas y bajas -señala Robert Shiller (Yale)- pueden a su turno deteriorar la fe en la economía y desembocar en estridencias políticas estilo Tea party y fomentar más volatilidad”.</p>
<p>En verdad, “no se entiende bien el porqué de estos arrestos. Parece que se trata de desbordes de mal desempeño económico –presume el observador- y una consiguiente ansiedad sobre el futuro. Precisamente, tenemos hoy alta volatilidad en los mercados, la economía y el campo político. Esto me asusta”.</p>
<p>La investigación del NYT se centra en dos series históricas de datos: los cierres del S&P 500 y las altas y bajas diarias. Ambos parámetros van de1962 a agosto pasado y pintan similar cuadro de mercado: sube o baja en mayor grado al crecer el volumen y estrecharse los lapsos.</p>
<p>Por su parte, la <em>Securities & Exchange Commission </em>(SEC, comisión federal de valores) ha examinado cambios en estrategias automatizadas en conexión con la volatilidad. En lugar de un mercado solo, los técnicos se basar en cuatro plazas grandes y varias pequeñas. Las transacciones de alta frecuencia (TAF), que emplean supercomputadoras ultraveloces representan en la actualidad 60% del total diario. Ésta es la clave de tanta volatilidad.</p>