Ingresos brutos desalienta la inversión en Argentina

Bucear en las reformas que el Poder Ejecutivo envió empaquetadas al Congreso depara sorpresas, como que se afectó a 80 % de capitales blanqueados que quedó fuera del país y que le desarma a las provincias una bicicleta con excedentes que les cobraban a las grandes empresas con los ingresos brutos.

19 diciembre, 2017

Ardua labor tienen los estudios especializados en el asesoramiento contable y de auditoría desde que el gobierno de Mauricio Macri ganó las recientes elecciones de medio término y se sintió con fuerzas para encarar un paquete de cuatro reformas: i) acuerdo con provincias ii) tributaria, iii) laboral y iv) previsional, que doten a la economía de competitividad y productividad a fin de poder crecer y recibir inversiones privadas.

En la firma de auditoría y consultoría Lisecki, Litvin y Asociados, los teléfonos no paran de sonar por consultas que llegan desde las cinco sucursales que funcionan en CABA y GBA, Mendoza, Rosario y Corrientes y de residentes en el exterior por medio de Kreston International, la 13a. Red de Contadores en el mundo, de la que es miembro.

De ahí, la decisión de entrevistar al tributarista César Litvin que goza de la reputación de estar entre los principales expertos en impuestos, auditoría, servicios legales, Pymes y consultoría, quien no sólo aquilata prosapia en la temática contable, cultivada a su paso por la Universidad de Buenos Aires, Instituto Tributario Argentino (F.A.G.C.E.), Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas y la presidencia del Instituto Tributario Argentino, sino por mostrarse permanentemente actualizado en cómo afectan a las actividades empresarias los cambios económicos, políticos, tecnológicos y culturales que se van produciendo. Haber sido parte del ala fiscal de la Jefatura de Gabinete en 2002-2003, tras la crisis de la convertibilidad, lo dice todo.

 

La víscera más sensible

 

-¿Cuál es la pregunta que más le hacen en estos días?

-Los clientes están llamando porque, en general, quieren saber cómo les afecta el bolsillo, como sucede cada vez que hay una reforma tributaria. En este caso, los interesados son muchos, desde los trabajadores autónomos que van a pagar un poco menos de impuesto a las ganancias, hasta las empresas con grandes inversiones que inmovilizaban mucho tiempo el IVA de todas las compras que hacían de los bienes de uso, sin recupero en largos ciclos, y ahora disponen de un período de seis meses en que, si no lo compensaron con ingresos sujetos a IVA, le devolverán un cheque.

Atrae también la idea de combatir el empleo informal mediante un mínimo no imponible, los aportes patronales son una buena noticia. Y lo mismo la idea de ir compitiendo en el mundo impositivo para atraer inversiones con rebajas de alícuotas a las empresas corporativas.

 

-¿Afecta este paquete a los que exteriorizaron activos del último blanqueo?

-Sí, hay un dato muy importante que no fue muy explicitado ni en la presentación ni en los comentarios posteriores, que es el tema de la gente que entró en el sinceramiento fiscal con portafolios en el exterior. Normalmente por el impuesto a la herencia en Estados Unidos están protegidos por alguna estructura societaria de baja tributación, tipo el clúster europeo BBA, Belice o Panamá, que guardan posiciones de residentes argentinos y hasta el día de hoy tienen la ventaja de que por las ganancias que obtengan no pagan impuestos hasta tanto no retiren dividendos.

La reforma establece que no hace falta que retiren dividendos, sino que para pagar impuestos se toma el resultado que obtienen de estas estructuras en el momento en que cierra ejercicio. El régimen vigente les permite dilatar el impuesto hasta que usen el dinero en un dividendo. El cambio apunta a que se pague antes.

 

-¿Hay muchos involucrados?

-Gran parte del sinceramiento fiscal, cerca del 80% que dejó afuera su patrimonio, con lo cual va a haber un efecto en la recaudación. Las consultas al respecto que vienen de los clientes son acerca de si conviene armar otras estructuras jurídicas tendientes a optimizar la carga fiscal.

-¿Volver a la clandestinidad?

-Tratar de pagar menos impuestos dentro de la ley no es delito. Si no se puede tener el patrimonio financiero o inmobiliario en el exterior dentro de una forma societaria que permita dilatar la liquidación del impuesto, a lo mejor existen otras alternativas para conseguir el mismo objetivo respecto de la carga tributaria, según la situación personal, familiar y de qué se quiere hacer con el dinero, que es la pregunta clave.

En algunos casos puede servir un trust irrevocable, en otros podría ser volver a tener el patrimonio financiero a nombre de personas físicas. Va a depender de determinadas preguntas que hay que hacerse. Es como un traje a medida, a no todos la confección les queda bien.

-¿El paquete de reformas servirá finalmente para que vengan las inversiones?

-En realidad, después del resultado de las elecciones ya se tomaron decisiones de venir a invertir a la Argentina y las medidas que se anunciaron están en el camino correcto hacia la seducción a esos capitales. Porque terminar con: la industria del juicio laboral, reducir los aportes patronales, la carga tributaria, la inmovilización de saldos a favor, ingresos brutos en la medida que haya acuerdo con los gobernadores… la aplicación de todas estas medidas está en sintonía con ser coherentes la búsqueda de ser más competitivos con el sistema tributario. De modo que el inversor, en lugar de irse a México, a Perú, a Chile o a Brasil venga a la Argentina.

 

-¿Qué observaciones a priori le merecen las medidas propuestas?

-Lo único que no me gustaba era la gravabilidad que hay en impuestos internos, como al vino, a las bebidas alcohólicas, champaña, por el caos que generaría en las economías regionales que dependen básicamente de estas producciones. Pero quedó en vías de solución.

 

Rompecabezas con tomas y dacas

 

-¿El pacto fiscal firmado con los gobernadores abre efectivamente el camino a las reformas?

 

-Estamos ante un verdadero rompecabezas, en el que hay que ir tratando de llenar los casilleros, y el punto más complicado es acordar con los gobernadores para ir reduciendo ingresos brutos hasta la eliminación, a la vez que eliminar impuesto a los sellos. A algunas provincias que tuvieron el fallo favorable ya se les está dando el 15% de la recaudación previsional y con las otras se está en tratos.

 

Pero ¿cómo sustituyen ese nivel de recaudación por ingresos brutos y sellos? La respuesta sería una negociación por el régimen de coparticipación. Se está en un momento propicio para negociar con los gobernadores y que no sientan que se pueden volver a gastar la plata que reciben en compensación por la baja de un pésimo impuesto, que tiene efecto cascada, con distintas alícuotas por la misma actividad en distintas jurisdicciones, que se repotencia en el precio en cada una de las etapas a las que se traslada, que le genera más repotenciación en el precio que lo que efectivamente recauda y que se lo incluye en las exportaciones. Pero fundamentalmente que ya no se aplica en el mundo. Fue sustituido por IVA, y nosotros dejamos los dos.

 

-¿Cómo se estableció esta situación que llama duplicación?

 

-Hay que hacer un poco de historia. Cuando se creó el IVA, en 1975, no era generalizado para todos los bienes, servicios y locaciones, sino especial. Estaba al 13%, se eliminó ingresos brutos y el impuesto a las ventas. Luego el IVA se extendió, creció en la alícuota y hoy está generalizado al 21%, además de ingresos brutos. Fíjese que 11 provincias en 2016 aumentaron la alícuota, porque lo que solían hacer en materia de ingresos brutos era que cada vez que les faltaba plata la subían hasta niveles insoportables.

 

-Pero no explotó ni nada que se parezca…

-Ya no se trata de que haya más tolerancia o mayor presión sobre este impuesto, sino que hay otra cuestión a entender claramente: cuando las provincias no podían aumentar más las alícuotas, crearon regímenes de retención y de percepción, en exceso de la obligación de las grandes empresas, con lo que todas tienen saldos a favor.

Se convirtió de este modo en una forma de financiamiento gratuito a las administraciones provinciales, que para devolver ese dinero crearon un verdadero laberinto, a veces sin salida, a fin de continuar con un mecanismo crediticio como ese, exento de costo. Para la empresa se trata de un saldo inmovilizado, que es como tener un helado en la mano. Las provincias terminan cobrando más impuesto en exceso, sin ley, sino por medio de una resolución que firma un director de Rentas que crea más retenciones y percepciones, aduanas interiores, como hay en Misiones. Esto es lo que los inversores ven y desalienta cualquier emprendimiento que quisieran hacer.

-¿Habilita automáticamente la firma del pacto fiscal la sanción de las reformas?

-En este rompecabezas hay puentes que enlazan los distintos temas. Este primer proyecto que acaba de ser presentado en sociedad, junto con el acuerdo con los gobernadores respecto de sus gastos, más la coparticipación, más la baja de ingresos brutos y la eliminación de sellos, son todos partes de un verdadero andamiaje donde cada una deberá ir cerrando en forma adecuada para que realmente volvamos a tener un sistema tributario coherente. Hoy hay 94 impuestos y 65 mil normas tributarias; es un padecimiento tratar de cumplir y entender todos los impuestos vigentes.

 

Paso a paso

 

-¿Y en qué punto nos encontramos entonces?

-Estamos apenas en una etapa de lo que vendrá para cuando haya en Argentina un equilibrio fiscal, que no olvidemos nos condiciona y mucho. La frazada es corta. Si baja la presión fiscal – que no hay más remedio que ir bajándola-, lo que vamos a producir es mayor déficit. De ahí la necesidad de ser cautos. Igual este proyecto en sí alivia la presión fiscal en 1,5 % en los próximos cinco años. No será todo lo que se esperaría, pero marca una tendencia a la baja en el marco de esta difícil coyuntura de desequilibrio fiscal. Y este gobierno tiene clara la necesidad de bajar la presión fiscal.

-¿Alcanza el endeudamiento como solución, aunque sea transitoria, al déficit fiscal?

 

-No, y por eso hay que ser cuidadosos con el gasto público. Es la señal que se quiso dar a las provincias: que la Nación está empeñada en bajarlo. Financiarlo con deuda genera intereses, que es más gasto público. La apuesta de quienes nos gobiernan es tratar de que, vía el aumento de la actividad económica, disminución de la evasión por una AFIP cada vez más fuerte y con mucha base de datos, se logre ir reduciendo, a través de los años, el déficit hasta llegar al equilibrio fiscal.

De ahí la importancia de todas las piezas de esta compleja maquinaria, que es el federalismo fiscal. Traducido, significa que Nación, provincias y municipios cobran impuestos y gastan, y lo que sucedió en los últimos años es que gastaron a mansalva y cobraron impuestos desbordantes.

-Se habla mucho de costos políticos cuando se ponen sobre la mesa cuentas nada simpáticas, que los gobernadores evitan asumir…       

-El federalismo fiscal está pensado para gobernantes comprometidos y patriotas. No para irresponsables que despilfarran gasto público sin muchos controles. De hecho, todo lo que se detecta de corrupción tiene origen en el gasto público. El estado de cosas que se necesita cambiar pasa por entender que cada vez que hay gasto público se compromete el dinero de todos nosotros. Los perjuicios aumentaron durante los últimos años, porque los intendentes cobraban cualquier impuesto para financiar cualquier gasto, igual los gobernadores y lo mismo el gobierno nacional.

-¿Hubo gradualismo o inacción en el gobierno durante los dos primeros años de gestión?

-Este gobierno ha elegido, a través de las políticas que aplicó en los primeros dos años, ganar poder en el Congreso para facilitar la aprobación de leyes que les costaba mucho negociar con la oposición. Ahora mejoraron las condiciones para ir por las transformaciones que requiere el país: que no haya corrupción, que se pueda financiar mejor el gasto público, que se puedan hacer obras de infraestructura, mejorar la calidad de los servicios que presta el Estado, que son deficientes: en seguridad, educación, salud, infraestructura, en cloacas, en reducir la pobreza, en todo lo mucho que hay para hacer. El gasto público tiende a infinito y los recursos son escasos. Hay que elegir bien la prioridad que tiene cada gasto público.

-Sin embargo, haber ganado en octubre la elección de término medio no le asegura al gobierno nacional sacar las reformas en el Parlamento. ¿Por qué haber supeditado entonces todas las decisiones a ese resultado?

-En la última elección, Macri conquistó algo más que votos en el Congreso: el camino hacia la reelección que le permita contar con otro período para continuar lo que se empezó.

 

 

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