El programa de los empresarios y la oportunidad de dejar huella
200 años de la Nación como país independiente no puede ser otra frustración. Ni ser recordado por una polémica sobre un fondo para pagar deuda. Merece un mejor destino. Para el de 2010, ya no hay tiempo. Pero en los seis años que median desde éste al del 9 de julio de 2016, hay posibilidad de establecer acuerdos sobre políticas que le den un nuevo rumbo a este país.
17 noviembre, 2012
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