¿Sirve el déficit cero?

La historia de los últimos seis años no da fundamento alguno a la idea de que una buena conducta fiscal es automáticamente premiada por los operadores financieros internacionales. Con lo cual se plantea un interrogante acerca de la efectividad del último ­y doloroso­ remedio administrado por las autoridades económicas, del que depende, además, la vigencia del acuerdo con el FMI que evitó, en agosto, el largamente anunciado default argentino. Estudios realizados por economistas locales y extranjeros indican que las variables de desempeño macroeconómico no explican el comportamiento del riesgo país. Parecen gravitar más los indicadores de capacidad de repago de corto plazo. Las crisis ya no se interpretan como fenómenos inexorables, sino como una cuestión de expectativas. Y, debido al esquema de compensaciones imperante en los bancos de inversión, el costo que debe afrontar un operador al equivocarse en una inversión en un activo impopular es mayor que la ganancia que obtendría si tuviera razón.

17 noviembre, 2012

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