La nueva economía

Cuando las tecnologías, los productos y los servicios convergen de una manera radical, inédita, creando imaginativas formas de hacer negocios, desarrollando nuevos paradigmas, se habla de la irrupción de una killer application. Tan poderosa, con tanto potencial, que transforma industrias enteras, obliga a redefinir los mercados, las relaciones entre vendedor y comprador, y provoca la desaparición brusca de compañías que tardan demasiado en entender lo que está ocurriendo. La brújula, la máquina a vapor y el Ford T, son buenos ejemplos de killer applications, ya que produjeron movimientos tectónicos cuyos remezones se expandieron sobre el escenario político, económico y social de su tiempo. Hoy, la convergencia entre computadoras y telecomunicaciones, el desarrollo impensado de la Internet, del e-mail y ahora del e-commerce están produciendo alteraciones cuyas consecuencias todavía no es posible vislumbrar con certeza. Es este contexto en el que se ha comenzado a hablar de una nueva economía. Una rápida exploración de los significados de la expresión revela diversidad conceptual pero, sobre todo, muchos puntos de contacto en las explicaciones aparentemente disímiles. Los empresarios que advierten la ventaja competitiva de manejar las nuevas herramientas, y también el riesgo de ignorarlas, han comenzado por desacralizar algunos tabúes. Los procesos de control y planificación no son tan reverenciados como hace unos años, y se abrazan con entusiasmo temeroso la creatividad y el caos, mientras se trata de formular y entender las estrategias de la era digital. Los que triunfen en esta ardua tarea lograrán una posición de mercado expectable.

17 noviembre, 2012

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