El gran desafío pendiente para un nuevo despegue del agro

Las perspectivas para la próxima década dependerán, en gran parte, de que el actual gobierno genere, en el corto y mediano plazo, medidas que reviertan la pérdida de competitividad y que recuperen la confianza de los inversores. Esperamos que, llegando al 2010, nuestro país alcance el investment grade. Por Ernesto Ambrosetti

31 mayo, 2010

<p>Las perspectivas para la pr&oacute;xima d&eacute;cada depender&aacute;n, en gran parte, de que el actual gobierno genere, en el corto y mediano plazo, medidas que reviertan la p&eacute;rdida de competitividad y que recuperen la confianza de los inversores. Esperamos que, llegando al 2010, nuestro pa&iacute;s alcance el <i>investment grade</i>.</p>
<p>Con mayor competitividad y baja del alto costo argentino que a&uacute;n perdura, aspiramos a un notable aumento de la productividad y de los saldos exportables, para encontrarnos a fines de esta d&eacute;cada, bien posicionados como pa&iacute;s agroexportador, altamente competitivo, a trav&eacute;s de una gran diversidad de productos diferenciados, con denominaci&oacute;n de origen y que a su vez brinden mayor seguridad fitosanitaria a los consumidores del mundo.</p>
<p>Actualmente, el pa&iacute;s contin&uacute;a atravesando una dif&iacute;cil situaci&oacute;n econ&oacute;mica, dise&ntilde;ar una estrategia que impulse el crecimiento, impulsando a los sectores eficientes de la econom&iacute;a que hoy sufren una elevada carga impositiva, y que transfieren cuantiosos recursos a otros sectores altamente protegidos, ser&iacute;a el camino correcto a seguir. Este redise&ntilde;o de la pol&iacute;tica econ&oacute;mica es el gran desaf&iacute;o pendiente.</p>
<p>En este sentido, vale la pena mencionar la necesidad de romper con las presuntas actitudes cartelizadas, como las de los productores de petr&oacute;leo ya que, pa&iacute;ses con territorios extensos como el nuestro, dejan fuera de competencia a la mayor&iacute;a de los productos que se desarrollan en las econom&iacute;as regionales y aumentan todos los costos de producci&oacute;n y comercializaci&oacute;n. Para lograrlo, se debe implementar una efectiva desregulaci&oacute;n que evite la monopolizaci&oacute;n de los mercados internos y permita la f&aacute;cil entrada de nuevos competidores, que reduzcan los precios internos de los insumos y servicios. Es decir, mayor apertura econ&oacute;mica v&iacute;a reducci&oacute;n de aranceles a la importaci&oacute;n y eliminaci&oacute;n inmediata de los a&uacute;n vigentes derechos de exportaci&oacute;n.</p>
<p>Adem&aacute;s, hace falta una desregulaci&oacute;n efectiva en los servicios de transporte de carga, comunicaciones y energ&iacute;a, entre muchos otros que utilizan los empresarios rurales para producir y comercializar sus productos.</p>
<p>El importante efecto dinamizador del sector agropecuario sobre el resto de la econom&iacute;a qued&oacute; demostrado cuando la Argentina pudo superar en un plazo relativamente corto la <i>crisis del tequila</i>, obteniendo dos r&eacute;cords consecutivos de vol&uacute;menes de producci&oacute;n, debido a la r&aacute;pida respuesta de los empresarios agropecuarios al est&iacute;mulo de los buenos precios internacionales de entonces, lo que permiti&oacute; alcanzar para el siglo XXI un nuevo piso en cuanto a volumen de producci&oacute;n que se ubica en los 60 millones de toneladas de granos y algod&oacute;n.</p>
<p><b><i>P&eacute;rdida de competitividad</i></b></p>
<p>Este efecto dinamizador se encuentra actualmente limitado por la p&eacute;rdida de la competitividad relativa del pa&iacute;s. Seg&uacute;n los informes del Instituto Internacional de Desarrollo Gerencial de Suiza (IMD), la Argentina cay&oacute; del puesto 33&ordm; en 1999 al 41&ordm; para este a&ntilde;o, cuando en 1997 nos hab&iacute;amos ubicado en el puesto 28&ordm; del <i>ranking</i>, lugar al que aspiramos retornar antes del 2010.</p>
<p>En un marco externo futuro poco favorable y partiendo de la base de que la marcada ca&iacute;da de los precios internacionales de los <i>commodities</i> alimentarios no permite anticipar durante esta d&eacute;cada una importante recuperaci&oacute;n de precios (excepto por alg&uacute;n cataclismo clim&aacute;tico en alguna regi&oacute;n productora relevante), el factor que resta m&aacute;s competitividad para la colocaci&oacute;n de nuestros productos proviene de los elevados subsidios que otorgan los pa&iacute;ses desarrollados a sus productores y a las exportaciones de sus materias primas, que distorsionan los vol&uacute;menes de producci&oacute;n y los precios del mercado. Los cuales, lamentablemente y a pesar de las intenciones manifestadas por los pa&iacute;ses desarrollados, no parecen tender a desaparecer. Por el contrario, la situaci&oacute;n se agrava por la aparici&oacute;n de un proteccionismo m&aacute;s complejo, que no consiste en simples aranceles o cuotas, sino que act&uacute;a sobre los principios de preservar la salud humana, aunque no se encuentre demostrado cient&iacute;ficamente que los distintos avances tecnol&oacute;gicos causen da&ntilde;o a la poblaci&oacute;n.</p>
<p>El Estado argentino y las entidades del agro tendr&aacute;n que continuar luchando en todos los foros internacionales para conseguir igualdad de condiciones para competir en el mercado internacional. Si quisi&eacute;ramos subsidiar a cada uno de nuestros productores agropecuarios en montos equivalentes a los rigen en Estados Unidos o la Uni&oacute;n Europea, tendr&iacute;amos que desembolsar aproximadamente US$ 6.026 millones anuales. Lo que demuestra las dificultades que enfrentamos al competir en desigualdad de condiciones.</p>
<p>Otro factor que nos resta competitividad actualmente, pero que confiamos en superar a futuro, es el elevado nivel de las tasas de inter&eacute;s reales, que da lugar a la paradoja de la liquidez, donde el cr&eacute;dito deja de ser una herramienta id&oacute;nea para retornar al camino del crecimiento. Esperamos que las tasas locales tiendan a acercarse a las internacionales a trav&eacute;s de una disminuci&oacute;n importante del riesgo-pa&iacute;s y de una mayor competencia entre los bancos.</p>
<p>Por otra parte, es necesario consolidar el Mercosur como estrategia para poder negociar con otros bloques econ&oacute;micos (Uni&oacute;n Europea, Alca); pero, al mismo tiempo, se debe replantear la b&uacute;squeda de alternativas para ampliar nuestros mercados.</p>
<p>A estos factores debe sumarse la eliminaci&oacute;n progresiva de los impuestos distorsivos que desalentaron las inversiones y prolongaron la recesi&oacute;n, como es el caso del Impuesto a los Intereses Pagados y el Costo Financiero del Endeudamiento Empresario, el de Ganancia M&iacute;nima Presunta y el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles.</p>
<p><b><i>Perspectivas</i></b></p>
<p>Estas son las tendencias para la d&eacute;cada si se corrige la pol&iacute;tica econ&oacute;mica:</p>
<ul>
<li>A pesar de la menor disponibilidad de hect&aacute;reas cultivables por habitante a nivel global, hoy en 0.23 y en el 2010 cercano a 0.20, los avances tecnol&oacute;gicos permitir&aacute;n abastecer con mayor cantidad y calidad de alimentos a la poblaci&oacute;n mundial, por encima de la demanda esperada. En este escenario, la Argentina brindar&aacute; un mayor saldo exportable.</li>
<li>Los avances en los sistemas de producci&oacute;n y la mayor eficiencia en la utilizaci&oacute;n de fertilizantes y agroqu&iacute;micos aumentar&aacute;n la productividad. Esto permitir&aacute;, al mismo tiempo, una mejor armon&iacute;a entre el agro y el medio ambiente, con la disminuci&oacute;n de la cantidad demandada de agroqu&iacute;micos y fertilizantes por unidad de tierra.</li>
<li>Se confirmar&aacute; la tendencia hacia una mayor concentraci&oacute;n de las empresas rurales, puesto que, para poder competir en un marco globalizado, se requiere mayor escala productiva.</li>
<li>Los adelantos en comunicaciones y el abaratamiento de los servicios mejorar&aacute;n el proceso de toma de decisiones de los empresarios, y reducir&aacute;n sensiblemente los costos de comercializaci&oacute;n.</li>
<li>Habr&aacute; cambios hacia una estrategia com&uacute;n entre los distintos participantes de la cadena productiva, reafirm&aacute;ndose la tendencia a producir bienes diferenciados, en lugar de <i>commodities</i>, con nuevas formas o tipos de contratos.</li>
</ul>
<p>El Estado, independientemente del gobierno de turno, tendr&aacute; que redise&ntilde;ar la pol&iacute;tica econ&oacute;mica nacional para impulsar a los sectores productivos eficientes, a trav&eacute;s de la eliminaci&oacute;n de impuestos distorsivos, una desregulaci&oacute;n efectiva de todos los servicios y una apertura mayor para mejorar el poder adquisitivo de los consumidores, lo cual generar&aacute; nuevos puestos de trabajo leg&iacute;timos y perdurables, sin necesidad de protecci&oacute;n, brindando un mayor bienestar a toda la poblaci&oacute;n.</p>
<p><i>Ernesto Ambrosetti es Economista </i>senior <i>del Instituto de Estudios Econ&oacute;micos de la Sociedad Rural Argentina. </i></p>

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