La trituradora de cerebros

La marcha del tiempo ha sido reemplazada por un bombardeo, y nadie, salvo algún ermitaño, puede escapar a su ritmo sin armarse de algún tipo de filosofía personal. Pero eso es también parte del problema. Si la calidad del tiempo no se convierte en un tema de debate público, no surgirá el consenso necesario para cambiar la caprichosa cultura de alta velocidad en aceleración.

17 noviembre, 2012

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