Fracasó una ambiciosa megafusión siderúrgica

Corus Group, segunda siderúrgica europea, desistió de tomar la mayoría de Companhia Siderúrgica Nacional (Brasil). La baja demanda mundial hizo caer una operación por US$ 3.500 millones y, con ella, las acciones de varias acerías grandes.

14 noviembre, 2002

El grupo angloholandés con sede en Londres, por otra parte, espera pérdidas
por US$ 242 millones este semestre, que estirarían a dos años la
serie de resultados negativos. A partir de ahora, Corus tratará
de que sus actuales activos vuelvan a ser rentables. Es decir, lo que ya han logrado
rivales como Arcelor (Francia) o ThyssenKrupp (Alemania).

"La estrategia de la firma está hecha pedazos. Mientras el resto de
la industria obtiene ganancias, Corus continúa perdiendo",
señala un informe de ABN Amro. Entretanto, la deuda del grupo en
bonos está apenas un escalón sobre la categoría chatarra,
pese a haber vendido activos, cerrado un quinto de la capacidad instalada en Gran
Bretaña y anunciado 10.000 despidos.

El problema no para ahí. En octubre, la confianza de los industriales británicos
bajaba en todas las regiones del país, salvo una. Este tipo de datos obliga
a Corus a buscar otros mercados, para lo cual la toma de CSN era
clave porque el consumo siderúrgico brasileño sube y la fusión
hubiese creado el quinto productor internacional.

El grupo angloholandés con sede en Londres, por otra parte, espera pérdidas
por US$ 242 millones este semestre, que estirarían a dos años la
serie de resultados negativos. A partir de ahora, Corus tratará
de que sus actuales activos vuelvan a ser rentables. Es decir, lo que ya han logrado
rivales como Arcelor (Francia) o ThyssenKrupp (Alemania).

"La estrategia de la firma está hecha pedazos. Mientras el resto de
la industria obtiene ganancias, Corus continúa perdiendo",
señala un informe de ABN Amro. Entretanto, la deuda del grupo en
bonos está apenas un escalón sobre la categoría chatarra,
pese a haber vendido activos, cerrado un quinto de la capacidad instalada en Gran
Bretaña y anunciado 10.000 despidos.

El problema no para ahí. En octubre, la confianza de los industriales británicos
bajaba en todas las regiones del país, salvo una. Este tipo de datos obliga
a Corus a buscar otros mercados, para lo cual la toma de CSN era
clave porque el consumo siderúrgico brasileño sube y la fusión
hubiese creado el quinto productor internacional.

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