Google glasses: la verdadera PC portatil

La empresa de Mountain View está desarrollando un par de anteojos inteligentes que permitirán mirar el mundo a través del lente de una computadora. La idea es interesante pero quién sabe cómo la recibe el mercado.

4 marzo, 2013

El proyecto fetiche de Sergey Brin, uno de los co-fundadores de Google, es un par de anteojos inteligentes que permitirían a los usuarios realizar cualquier operación online en cualquier momento, en cualquier lugar. Los anteojos tienen una cámara, batería, sensores de movimiento y una conexión wireless para engancharse dónde sea. También un pequeño display que se proyecta perfectamente sobre el ojo humano. La idea es interesante — la verdadera PC portatil- pero tal vez demasiado futurista para la aceptación del mercado masivo.

Lo cierto es que Google está desarrollando desde hace años ese proyecto para su posible comercialización. Los primeros prototipos fueron mostrados a la prensa en abril del año pasado y este año lanzaron un segundo prototipo, manejado por voz.  Aunque el proyecto es arriesgado, Google aquí tiene mucho para ganar: si logra reinventar la manera en la que las personas se conectan a Internet estará en una posición más privilegiada todavía, como lo demostró Apple con el iPhone y el iPad.

El problema es cómo hacer para convertir un par de anteojos en un producto de atractivo masivo y cómo incorporarle tendencias de moda, diseño y de relacionamiento humano. Lo más fácil será bajar el precio. Los prototipos usan piezas que ya se encuentran en la mayoría de los teléfonos inteligentes y su disposición es lo suficientemente sencilla como para que sean fáciles de armar en cualquier fábrica del mundo. Alrededor de US$ 400 es el precio estimado por analistas.

Lo difícil será convencer a los consumidores de que tener una computadora en la cara todo el día es una buena idea. Algunos dicen que para que Google triunfe deberá rediseñar el producto hasta hacerlo compatible con las tendencias de la moda, algo no simplemente funcional. Esto implicará alejarse de los diseñadores industriales y acercarse a los de moda.

Otro problema importante será encontrar el uso principal de Glasses. Brin entiende que este es un problema grande y ha reclutado gente que lo ayudará a pensar en una posible solución que hará, en definitiva, al producto más atractivo. El año pasado muchos desarrolladores pagaron US$ 1.500 para hacerse con un prototipo y empezar así a experimentar con posibles aplicaciones. Esto no será fácil porque nadie en la industria tiene experiencia trabajando para esta clase de dispositivos. Implica un cambio de perspectiva. Hoy las computadoras se usan como una caja de herramientas donde uno va a sacar lo que necesita. La idea con

Glasses es que el dispositivo forme parte de la vida corriente. Si uno usa la computadora en la cara, el modelo de aplicaciones deberá cambiar, necesariamente. Google está de acuerdo con esta idea.

En definitiva, el verdadero reto de Google será demostrar que sus anteojos se pueden usar sin pasar vergüenza; que vale la pena tener una computadora enganchada a la cara todo el día. Deberá hacer de sus anteojos un producto cool, como Apple hizo con su iPod hace ya diez años. No parece una tarea fácil.

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