GlaxoSmithKline necesita calmantes con urgencia

En realidad, el problema de la segunda farmoquímica mundial involucra antidepresivos y cinco frentes más. Ocurre que, esta semana, un tribunal le falló en contra por la patente de Paxil, su droga de mayor venta en Estados Unidos.

6 marzo, 2003

Paxil es un antidepresivo de amplio espectro y más de un nombre porque, en parte de Latinoamérica, se llama Paroxet o Aropax 20. Un dictamen emitido días atrás en Chicago cuestiona la exclusividad de Paxil, fármaco que le ha significado a GlaxoSmithKline ventas por US$ 3.250 millones en 2002. Ahora, la justicia declara que el compuesto pasará a ser “genérico” (o sea, no sujeto a la patente original) y cualquiera podrá fabricarlo a menor costo.

En la legislación estadounidense “genérico” no es sinónimo de monodroga o droga básica y se aplica a especialidades de todo tipo cuyos derechos exclusivos han expirado. Por supuesto, quienes las copian deben respetar fórmulas y proporciones originales.

Desde hace algún tiempo, a GSK le cae una tras otra. Su antibiótico estrella, Augmentin (conocido también por Clavinex, Clavoxilin, Clavulin y Eumetinex) ya compite con genéricos. Durante el quinquenio 2003-7, el antiasmático Advair, otro antidepresivo (Wellbutrin), Avandia (diabetes 1) e Imitrex (migraña) irán perdiendo exclusividad.

Dejando Paxil de lado, los otros cuatro significaron ventas por USD$ 5.630 millones en 2002. En la situación actual, la empresa no está desarrollando ni tiene en proyecto específicos cuyos márgenes potenciales de venta y ganancias puedan ir substituyendo a las cinco “estrellas” en peligro. Ocurre que, sumadas, equivalen a US$ 8.880 millones, vale decir 31,2% de las ventas totales.

Paxil es un antidepresivo de amplio espectro y más de un nombre porque, en parte de Latinoamérica, se llama Paroxet o Aropax 20. Un dictamen emitido días atrás en Chicago cuestiona la exclusividad de Paxil, fármaco que le ha significado a GlaxoSmithKline ventas por US$ 3.250 millones en 2002. Ahora, la justicia declara que el compuesto pasará a ser “genérico” (o sea, no sujeto a la patente original) y cualquiera podrá fabricarlo a menor costo.

En la legislación estadounidense “genérico” no es sinónimo de monodroga o droga básica y se aplica a especialidades de todo tipo cuyos derechos exclusivos han expirado. Por supuesto, quienes las copian deben respetar fórmulas y proporciones originales.

Desde hace algún tiempo, a GSK le cae una tras otra. Su antibiótico estrella, Augmentin (conocido también por Clavinex, Clavoxilin, Clavulin y Eumetinex) ya compite con genéricos. Durante el quinquenio 2003-7, el antiasmático Advair, otro antidepresivo (Wellbutrin), Avandia (diabetes 1) e Imitrex (migraña) irán perdiendo exclusividad.

Dejando Paxil de lado, los otros cuatro significaron ventas por USD$ 5.630 millones en 2002. En la situación actual, la empresa no está desarrollando ni tiene en proyecto específicos cuyos márgenes potenciales de venta y ganancias puedan ir substituyendo a las cinco “estrellas” en peligro. Ocurre que, sumadas, equivalen a US$ 8.880 millones, vale decir 31,2% de las ventas totales.

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