Laos, el reino del millón de elefantes
El tiempo parece discurrir más lento, y basta ingresar a su territorio para contagiarse del ritmo cadencioso impregnado en cada una de sus rutinas. Desde la cubierta del slow boat emerge una chimenea que expele ráfagas de humo blanco, y en medio de un ruido ensordecedor, el barco se abre paso a un paisaje selvático, intimista. Sin embargo, apenas transcurridas las dos primeras horas del viaje, un silencio rotundo se apodera del paisaje.
17 noviembre, 2012
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