9 secretos sobre azafatas que conviene conocer

Un grupo de azafatas fueron interrogadas sobre cuáles son los mejores caminos para obtener lo que el pasajero necesita durante un vuelo. Primer dato: no es nada conveniente recurrir al botón para llamarlas.

31 marzo, 2016

Pulsar el botón para llamar a la camarera es la forma más fácil de lograr que te odie.

A las camareras no hay cosa que les moleste más que ver la lucecita roja que indica que alguien las llama. El consejo es no usarlo. Algunos pasajeros creen que ese botón es la manera más segura de conseguir una bebida o un snak antes que el resto de la cabina. No.  O la manera más rápida de liberarse de la bandeja usada cuando todavía las azafatas están sirviendo  a otros pasajeros. Tampoco. ¿Querés saber cuándo va a aterrizar el avión?¿O cuándo se pueden comprar los relojes o perfumes? La azafata pasa por tu asiento cada 10 o 15 minutos (a menos que haya mucha turbulencia) y es mejor esperar tranquilamente a que nos llegue el turno.

Es posible que nosotros ganemos más que la azafata

Hay muchos mitos alrededor de una azafata de avión. Uno de ellos es que ganan muy bien y que tienen montones de beneficios colaterales. Nada más lejos de la verdad. A ellas se les paga por el tiempo que están en vuelo y las demoras significan que trabajarán 12 horas para cobrar 7. El salario medio para una azafata es alrededor de US$ 37.000 anuales, comenzando con alrededor de US$ 16.000 al año.

 

¿Hay que darles propina?

Las diferentes asociaciones de asistentes de vuelo desalienta la propina, de manera que cuando la ofrecemos es muy probable que la rechacen. Pero si la ofrecemos una segunda vez o deslizamos unos billetes en su mano, por lo general será muy apreciado  y hasta puede significar una copa extra. Cuando recibimos un servicio realmente bueno, sin embargo, el envío de una carta o un email a la aerolínea encomiando el trabajo de una azafata en particular o de toda la tripulación  será recibido con mucho aprecio y ayudará enormemente la carrera de la persona en cuestión.

Padres: la asistente de cabina no es la maga de los pañales

Los padres jóvenes que viajan con bebés atraviesan una experiencia difícil. Pero solo porque se las ingeniaron para cambiar un pañal sobre la falda en mitad de una película con turbulencia a 30.000 pies de altura, eso no les da derecho a enchufarle el paquetito maloliente a la azafata como si fuera posible que ella, con un toque de varita mágica, lo envíe al país del Nunca Jamás. Lo que tienen que hacer es viajar con bolsitas sólidas con buen cierre hermético donde pueden guardar, además, cáscaras de naranja, corazón de manzanas y papeles de golosinas hasta que la tripulación esté lista para hacer una de sus rondas de recolección.

No, si el bolso es demasiado grande no entra en el compartimiento superior. No hay ningún secreto para lograrlo.

Se entiende que uno no quiera pagar dólares extra por equipaje que excede el peso admitido. Pero eso significa que tenemos que empacar con inteligencia y, en caso de que consigamos zafar ante quienes controlan a la puerta del avión, con un bolso que es demasiado para el compartimiento superior, lo que conviene es pedirle que lo registren como equipaje. Pedirles ayuda para forzarlo dentro es abusar de sus obligaciones.

Sonreír

Las azafatas atraviesan un cuidadoso proceso de clasificación antes de ser contratadas, luego les dan un intenso entrenamiento antes de comenzar a trabajar con el público. Para una buena camarera de avión ( o camarero también) sonreír o tratar a la gente de señorita, señora o señor, no es solo una buena idea sino una obligación de su trabajo. Para obtener el mejor servicio posible, habría que hacer lo mismo. Establecer contacto visual, sonreír y darles el trato que daríamos a un amigo o un vecino. Les sorprenderá cuánto más probable será conseguir una frazada extra, un vaso de agua o un oído dispuesto a escuchar. Parece algo obvio, pero muy poca gente le regala una sonrisa a las azafatas.

No apoyar los pies en la pared

Si alguna vez nos toca el asiento que está delante de la pared divisoria entre cabinas, no pongamos los pies en la pared, no solo es feo también puede ser peligroso en despegues o aterrizajes turbulentos.

Nunca conviene poner el equipaje de mano debajo de los pies

Es molesto cuando uno quiere levantarse del asiento o en la eventual ocasión de una evacuación de emergencia. Pero todos lo hemos hecho en algún momento. La regla es fácil: la valijita debe ir debajo del asiento delantero. No en la falda y tampoco en el asiento de al lado si está vacío.

 

 

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