Lo que no se sabe de los cruceros

Un crucero es sinónimo de lujo, diversión y descanso. Pero eso no es todo. 

28 agosto, 2017

Un crucero es una especie de ciudad flotante dedicada exclusivamente al recreo y a la diversión, un lugar apartado de lo cotidiano y de donde no se puede escapar. También es un lugar móvil que está fuera de la legislación de cualquier Estado. El diario británico The Telegraph nos revela algunas curiosidades inquietantes. 

Piratería


Los piratas existen y son un problema. En la actualidad muchos yates y buques de carga son s ecuestrados para luego pedir rescate. Si bien nunca ha ocurrido hasta ahora que se secuestre un crucero, la posibilidad existe y, de hecho, hay algunos que toman recauciones.

Los pasajeros del ´Sea Princess´ escucharon azorados las medidas de seguridad que decidieron la tripulación del buque: “No hay fiestas en cubierta, ni películas bajo las estrellas. No hay bar nocturno al aire libre ni baños en la piscina a la luz de la luna”, relató uno al diario. “No hay luces, ni ambiente de fiesta, todo alrededor de la nave al ponerse el sol se cierra. Todas las cortinas se corren y se bajan las persianas”, añadió.

John Henywell, un experto en medidas en los cruceros, explica que “además de proporcionar vigilancia adicional las 24 horas del día, se recomienda a los operadores poner alambre de púas y barreras electrificadas y colocar rejas a los ojos de buey. También se puede usar la manguera a presión para rechazar los ataques de pequeñas embarcaciones e impedir el acceso a los asaltantes. Se suele recomendar que la tripulación lleve chalecos antibalas y cascos y proteger las alas del puente con placas de acero o sacos de arena”.

Otras medidas son menos efectivas. Existen cañones sónicos que pueden transmitir un poderoso haz que haría que los oídos de los asaltantes sangraran. O medidas más sencillas como en 2009, cuando los pasajeros lanzaron mesas y tumbonas para disuadir a los piratas somalíes que intentaron abordar el ´MSC Melody”.

Contaminación

Una investigación reciente realizada por Channel 4 reveló que los niveles de contaminación del aire con partículas ultrafinas en algunos cruceros eran el doble que en el centro de Londres, una ciudad conocida por la mala calidad de su aire. Las conclusiones del programa se hicieron eco de un informe anterior de la ONG alemana Naturschutzbund Deutschland (NABU) en que se afirmaba que los cruceros arrojaban 3.500 veces más dióxido de azufre que los vehículos terrestres, contribuyendo así a un empeoramiento del cambio climático y a problemas respiratorios.

Morgue

Tienen una propia. El promedio de edad de los pasajeros de los cruceros es de 57 años, con 40% de más de 65, por lo que probablemente no debería ser una sorpresa que estén bien preparados para cualquier susto que pueda ocurrir a bordo. Los buques que navegan por el océano están obligados legalmente a tener bolsas donde guardar cadáveres y una morgue (en su mayoría, tienen espacio para unos tres o cuatro cuerpos, según el tamaño de la nave), que debe estar separada de las áreas de almacenamiento de alimentos.
“En 2007, un crucero que iba desde Miami a Lisboa tenía la cámara mortuoria llena y buscaron otros emplazamientos para guardar los cadáveres”, comenta Ross A. Kelin, sociólogo y escritor.

Según la compañía, algunos puertos insisten en que los cuerpos se retiren lo antes posible, algo que se hace discretamente usando la salida de la pasarela de los pasajeros y después se emite un certificado de defunción y se repatrian al país de origen. Otros puertos permiten que el cuerpo permanezca a bordo y regrese a casa, lo que ahorra mucho papeleo y así el cónyuge o amigo puede permanecer allí el resto de las vacaciones. Sí, también sucede.

Vivir en ellos

Así es, hay gente para la que un crucero es su residencia habitual.Puede llegar a ser más barato que vivir en Londres. Según un estudio publicado el año pasado, los gastos mensuales para aquellos que residen en la capital británica, teniendo en cuenta alquiler, facturas, servicios públicos, alimentación y ocio, pueden ser de unos 2.500 euros por persona, unos 94 euros al día. Por lo que un crucero de 120 días en régimen de pensión completa sería más económico, incluyendo el 25% de suplemento por ir solo, lo que supondría unos 84 euros al día. Una opción más barata.

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