El regreso del clásico de etiqueta verde

“En la zona norte del país, en Highlands, se encuentra la mayor parte de las destilerías, con establecimientos que tienen más de 400 años. También está allí el orgullo del espíritu escocés”, cuenta Juan Carlos Baucher, Brand Ambassador DIAGEO durante en una cata realizada en Frank’s. Después de algunos años fuera del mercado internacional, Johnnie Walker relanzó a nivel mundial su Green Label, un blend de 15 años de añejamiento que condensa en su formación los aromas y sabores de cuatro bebidas de malta de diferentes regiones de Escocia. “Lo que buscamos al realizar el blend es lograr que los aromas se tornen más pronunciados y vibrantes, permitiéndonos formar una mezcla con una profundidad de carácter tal, que no sería posible obtener a partir de un whisky de una sola malta”, explica Jim Beveridge, Master Blender de Johnnie Walker.

Highlands es la primera parada de ese circuito, zona de pequeños arroyos, zonas rocosas por las que se filtra el agua y valles. En ese norte hay una zona particular que se destaca: Speyside, en donde se producen las bebidas más elegantes y melosas. De las 100 destilerías que hay en Escocia, 46 están instaladas allí. Linkwood, una distintiva malta de la región, aporta delicadeza con sus notas ligeras a frutas de jardín, flores y notas de madera de cedro. En esa área rocosa también está Cragganmore, la destilería creada en 1869 que elabora un whisky sutil pero que aporta carácter. “Cuanto más hostil es el clima, más carácter desarrolla el whisky”, aporta Baucher. Las Skye Islands, en el oeste, dan cuenta de ello: allí llueve 360 días al año y en 40 kilómetros se agrupan ocho destilerías. Talisker, una botella que se produce en una de las islas, es una explosión por dentro, con notas medicinales, a pimienta y humo. Caol Ila, whisky elaborado en una isla del suroeste, aporta la sal marina y el ahumado rotundo que sorprende en la nariz. Esas cuatro bebidas forman el blend del Johnnie Walker Green Label, una bebida para disfrutar con tiempo y paciencia, para saborear el corazón escocés. Cada año, en el mundo se consumen 1350 millones de botellas de whisky de ese país europeo. Johnnie Walker Green Label fue lanzado en 2005 al mercado en reemplazo de Johnnie Walker Pure Malt, que estaba a la venta desde 1997. En 2012, este blend de 15 años había sido discontinuado, a excepción de Taiwan, donde mantuvo su presencia. Con este regreso, la botella puede conseguirse con un precio sugerido de $1674. “El whisky es la bebida del tiempo y la paciencia”, se escuchó en la noche de presentación. Queda tomarse un momento para disfrutar de esta unión de cuatro whiskies para encontrar la esencia escocesa en el vaso.