Danzón, un clásico que vuelve a renovarse

Una sencilla puerta de la calle Libertad es el ingreso a uno de los bares de coctelería clásicos de la Ciudad. La escalera conduce al primer piso, en el que el Gran Bar Danzón funciona desde desde 1998. La barra de cócteles, de estilo industrial y con pequeños orificios por los que se escabulle una luz inferior, está a las anchas del bar. Amplia, cómoda para beber y también comer, detrás está Vanesa Piccardi, la joven bartender que está al frente del equipo. Llegó al Danzón hace un año, con la idea de refrescarle el perfil al lugar. “Armamos un grupo que le pone el corazón a lo que hace”, asegura. “El bar tiene clientes que vienen desde hace años. Por supuesto que respetamos los cócteles que ya son clásicos pero a la vez sumamos nuevos perfiles más frescos, jóvenes, con otra impronta”, cuenta. Así, es posible probar el Danzón Bloody Mary (sabrosísimo, picantón, $125) o el Squeeze ($120), clásicos de la casa, o La Gata Mora (Grey Goose, Martini Bianco, maracuyá, jugo de naranja, menta y moras), una de las propuestas originales de Piccardi. En unas semanas Danzón estrenará carta de bebidas, trabajada en conjunto entre la bartender y el sommelier Mauro Figueredo, a cargo del Wine Bar. El nuevo listado sumará una sección de cócteles frescos, las caipis dejarán de ser una categoría para hacer foco en el método de preparación y así encontrar nuevos sabores, y habrá algunas perlitas novedosas, como el Bloody Mary con leche de tigre. También habrá un apartado llamado “A pura cepa”: allí habrá cócteles preparadas a base de bebidas de uva, como vino, pisco, cognac. “Fue un desafío muy interesante trabajar juntos, complementar lo que sabe cada uno en la búsqueda del sabor que queremos lograr”, cuentan ambos. El Danzón fue el primer bar en ofrecer diferentes vinos por copa. Hoy se pueden pedir en ese formato más de 25 etiquetas cada noche, con un happy hour y opciones para probar vinos de alta gama a precios interesantes. La cava guarda más de 4000 botellas -220 etiquetas-, desde primeras cosechas hasta vinos nuevos, siempre con foco en el producto argentino (sólo tienen uno de Porto y otro de Champagne como extranjeros). Con barra propia, el wine bar también propone el ciclo Tasting 2016, encuentros que reciben la visita del enólogo y vinos de alguna bodega. La cocina es la tercera clave del lugar: sabores internacionales con factura ajustada de restaurant, con los platos y los cócteles en un mismo nivel de servicio. Entre las entradas, el Ceviche de pulpo y salmón con crema de rocoto y tartare de remolachas asadas ($201) juega de manera interesante con los contrastes entre picante, dulce y ácidos. El sushi es una de las opciones más pedidas -basta dar una ojeada a las otras mesas para comprobarlo-, con productos fresquísimos y opciones interesantes entre los hot rolls, como el de langostinos crocantes ($210). Las carnes son protagonistas entre los principales (claro que también hay opciones de pastas y risottos): Ojo de bife blue cheese, Cordero con puré de berenjenas y hongos y salsa magrebí y Confit de pato sobre espinacas salteadas, puré de peras y croqueta de gruyere son algunas de las posibilidades más fuertes. Vale la pena reservarse para probar la flamante incorporación a la carta de postres, el Lingote de chocolate, con diferentes texturas e intensidades. Con muy buena musicalización en vivo, el ambiente es amable y entretenido, recibe bien al público de diferentes edades y es un lugar de encuentro tanto para grupos como para cenas de pareja. Nadie se queda afuera del Danzón.

Gran Bar Danzón. Libertad 1221, Retiro. Lunes a viernes de 19 a 2, sábados y domingos de 20 a 2. 4811-1108. www.granbardanzon.com.ar