Comcast desistió de una oferta hostil por Walt Disney

La mayor firma de cable en Estados Unidos retiró la oferta hostil por US$ 48.400 millones para quedarse con Walt Disney Co. Esto resulta de reiterados rechazos por parte de grupo de entretenimiento, espectáculos y contenidos.

30 abril, 2004

Por otra parte, esta decisión refleja presiones de accionistas influyentes, cansados de tanto tira y afloja. Analistas y fondos inversores la recibieron favorablemente. Pero queda un interrogante en el aire: ¿hacia dónde apuntará esta empresa que, como muchas otras, cree que la única forma de expandirse es armar enormes conglomerados?

El método tiene un inconveniente: sin opciones de otro tipo, los planes de crecimiento suelen trabarse cuando no hay a mano activos que comprar. “Lamentablemente, es obvio que Disney no comparte nuestros intereses”, admitió Brian Roberts, CEO de Comcast.

En el plano político, el desistimiento es una victoria para Michael Eisner, CEO de Disney. El directivo aún afronta una revuelta entre accionistas, quienes lo acusan de no tener una estrategia a largo plazo. “Pero ¿por qué esa obsesión de expandirse continuamente, como si el espacio económico fuese infinito?”, se preguntaba Eisner, no sin razón.

“No hemos descartado completamente a Disney, Pero, por ahora –decía Roberts-, buscaremos nuevos canales para expandir contenidos, distribución y tecnología. Debemos encontrar otra manera de crecer”.

Quienes conocen las obsesiones del CEO en materia de medios, sospechan que apuntará a Adelphia. Esta compañía de cable en bancarrota reveló, días atrás, que buscaba comprador y, a criterio de Roberts. “tiene una cantidad de sistemas que encajan en nuestro modelo”.

El miércoles, Comcast declaró utilidades en el primer trimestre. También señaló que mantiene la meta de US$ 2.000 millones en flujo de caja. Eso le permitiría financiar intentos como el ahora descartado.

Por otra parte, esta decisión refleja presiones de accionistas influyentes, cansados de tanto tira y afloja. Analistas y fondos inversores la recibieron favorablemente. Pero queda un interrogante en el aire: ¿hacia dónde apuntará esta empresa que, como muchas otras, cree que la única forma de expandirse es armar enormes conglomerados?

El método tiene un inconveniente: sin opciones de otro tipo, los planes de crecimiento suelen trabarse cuando no hay a mano activos que comprar. “Lamentablemente, es obvio que Disney no comparte nuestros intereses”, admitió Brian Roberts, CEO de Comcast.

En el plano político, el desistimiento es una victoria para Michael Eisner, CEO de Disney. El directivo aún afronta una revuelta entre accionistas, quienes lo acusan de no tener una estrategia a largo plazo. “Pero ¿por qué esa obsesión de expandirse continuamente, como si el espacio económico fuese infinito?”, se preguntaba Eisner, no sin razón.

“No hemos descartado completamente a Disney, Pero, por ahora –decía Roberts-, buscaremos nuevos canales para expandir contenidos, distribución y tecnología. Debemos encontrar otra manera de crecer”.

Quienes conocen las obsesiones del CEO en materia de medios, sospechan que apuntará a Adelphia. Esta compañía de cable en bancarrota reveló, días atrás, que buscaba comprador y, a criterio de Roberts. “tiene una cantidad de sistemas que encajan en nuestro modelo”.

El miércoles, Comcast declaró utilidades en el primer trimestre. También señaló que mantiene la meta de US$ 2.000 millones en flujo de caja. Eso le permitiría financiar intentos como el ahora descartado.

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