Fox asumió la Presidencia de México

Instó a las fuerzas políticas a dialogar para concluir con éxito la transición y apoyar la consolidación de la democracia. Señaló que la búsqueda de la paz en Chiapas será uno de los objetivos prioritarios en su Gobierno.

1 diciembre, 2000

(EFE).- Vicente Fox llamó hoy (viernes 1) al consenso para consolidar la democracia en México y ratificó sus compromisos contra la corrupción, la pobreza y por la búsqueda de la paz en Chiapas durante su discurso de toma de posesión de la Presidencia.

Vicente Fox se convirtió hoy en el 64 presidente de México y el primero que no pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 71 años.

Ante más de 1.600 invitados, entre los que figuran 15 jefes de Estado de América latina, delegaciones de más de 160 países y personalidades de la política internacional, la cultura y los negocios, afirmó que México inaugura una etapa democrática en la que “el presidente propone y el Congreso dispone”.

Con un estilo personal y atípico en ceremonias similares en México, enumeró durante cerca de hora y media sus prioridades de gobierno y ratificó los compromisos que le dieron la victoria en las elecciones de julio.

El discurso fue interrumpido varias veces por aplausos de la bancada de Acción Nacional (PAN), su partido, y abucheos del PRI y de la izquierda, aunque los gritos de “Juárez, Juárez” (uno de los llamados Padres de la Patria) acallaron las críticas.

Vicente Fox, que recordó en varias ocasiones que ningún partido tiene mayoría parlamentaria en esta legislatura, instó a las fuerzas políticas a dialogar para concluir con éxito la transición y apoyar una profunda reforma del Estado que “acabe con cualquier vestigio de autoritarismo y construya una genuina democracia”.

“Ahora más que nunca gobernar es dialogar, la fuerza de la nación no puede venir de un solo partido, es necesario el entendimiento, el acuerdo entre los distintos partidos políticos”, dijo.

Dejó claro que en “su” México no servirá la cultura del PRI, que “ha visto en el acuerdo un acto de capitulación”, y admitió que “la alternancia no va a cerrar por si sola la transición”.

“La democratización plena es una causa nacional que difícilmente surgirá de iniciativas partidistas aisladas, todos estamos limitados por correlación de fuerzas”, subrayó.

“La tolerancia es imprescindible para consolidar la pluralidad y avanzar en una transición”, agregó Fox, para quien “lo que está en a en juego en los próximo seis años no es solo el cambio de partido en el poder sino la esperanza de millones de mexicanos”.

Para cumplir esas expectativas, apuntó reformas sociales, educativas, económicas y políticas que preparen al país para las necesidades del nuevo siglo.

Vicente Fox pretende que México “no sea ya una referencia de descrédito en materia de derechos humanos” y acabar con la cultura de la corrupción, que “ha dejado exhausta la credibilidad social en el Gobierno”.

Se comprometió a “abrir lo que ha permanecido cerrado en episodios recientes de nuestra historia e investigar lo que no ha sido resuelto”.

“Los grandes corruptos del pasado, presente y futuro rendirán cuentas, no habrá para ellos borrón y cuenta nueva, no habrá piadoso olvido para quienes delinquieron y no habrá tolerancia para quienes pretenden continuar con privilegios hoy inaceptados”, advirtió.

Sin embargo, matizó, “ningún acto relacionado con el pasado estará inspirado por el resentimiento, la venganza, o el ansia de revancha”.

Dedicó especial atención a la lucha contra la pobreza y la marginación, claves para lograr la estabilidad y frenar la inseguridad, porque “no hay cuerpo policiaco capaz de contener hambre y desempleo”.

Reconoció que recibe un país con una buena situación económica, pero advirtió que el presupuesto no deja muchas opciones para dedicar recursos a estos capítulos y abogó por un sistema que combine la actuación del Estado con el impulso a la iniciativa privada.

En su ambicioso proyecto, la integración de los indígenas y la búsqueda de la paz en Chiapas serán objetivos prioritarios.

Su primera iniciativa, anunció, será enviar al Congreso, el martes, un proyecto de ley con la propuesta de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) sobre los acuerdos de San Andrés, suscritos por la guerrilla zapatista y el gobierno de Ernesto Zedillo.

“En Chiapas, serán las acciones y no las palabras huecas el eje vertebral de una nueva política que conduzca a la paz”, afirmó.

(EFE).- Vicente Fox llamó hoy (viernes 1) al consenso para consolidar la democracia en México y ratificó sus compromisos contra la corrupción, la pobreza y por la búsqueda de la paz en Chiapas durante su discurso de toma de posesión de la Presidencia.

Vicente Fox se convirtió hoy en el 64 presidente de México y el primero que no pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 71 años.

Ante más de 1.600 invitados, entre los que figuran 15 jefes de Estado de América latina, delegaciones de más de 160 países y personalidades de la política internacional, la cultura y los negocios, afirmó que México inaugura una etapa democrática en la que “el presidente propone y el Congreso dispone”.

Con un estilo personal y atípico en ceremonias similares en México, enumeró durante cerca de hora y media sus prioridades de gobierno y ratificó los compromisos que le dieron la victoria en las elecciones de julio.

El discurso fue interrumpido varias veces por aplausos de la bancada de Acción Nacional (PAN), su partido, y abucheos del PRI y de la izquierda, aunque los gritos de “Juárez, Juárez” (uno de los llamados Padres de la Patria) acallaron las críticas.

Vicente Fox, que recordó en varias ocasiones que ningún partido tiene mayoría parlamentaria en esta legislatura, instó a las fuerzas políticas a dialogar para concluir con éxito la transición y apoyar una profunda reforma del Estado que “acabe con cualquier vestigio de autoritarismo y construya una genuina democracia”.

“Ahora más que nunca gobernar es dialogar, la fuerza de la nación no puede venir de un solo partido, es necesario el entendimiento, el acuerdo entre los distintos partidos políticos”, dijo.

Dejó claro que en “su” México no servirá la cultura del PRI, que “ha visto en el acuerdo un acto de capitulación”, y admitió que “la alternancia no va a cerrar por si sola la transición”.

“La democratización plena es una causa nacional que difícilmente surgirá de iniciativas partidistas aisladas, todos estamos limitados por correlación de fuerzas”, subrayó.

“La tolerancia es imprescindible para consolidar la pluralidad y avanzar en una transición”, agregó Fox, para quien “lo que está en a en juego en los próximo seis años no es solo el cambio de partido en el poder sino la esperanza de millones de mexicanos”.

Para cumplir esas expectativas, apuntó reformas sociales, educativas, económicas y políticas que preparen al país para las necesidades del nuevo siglo.

Vicente Fox pretende que México “no sea ya una referencia de descrédito en materia de derechos humanos” y acabar con la cultura de la corrupción, que “ha dejado exhausta la credibilidad social en el Gobierno”.

Se comprometió a “abrir lo que ha permanecido cerrado en episodios recientes de nuestra historia e investigar lo que no ha sido resuelto”.

“Los grandes corruptos del pasado, presente y futuro rendirán cuentas, no habrá para ellos borrón y cuenta nueva, no habrá piadoso olvido para quienes delinquieron y no habrá tolerancia para quienes pretenden continuar con privilegios hoy inaceptados”, advirtió.

Sin embargo, matizó, “ningún acto relacionado con el pasado estará inspirado por el resentimiento, la venganza, o el ansia de revancha”.

Dedicó especial atención a la lucha contra la pobreza y la marginación, claves para lograr la estabilidad y frenar la inseguridad, porque “no hay cuerpo policiaco capaz de contener hambre y desempleo”.

Reconoció que recibe un país con una buena situación económica, pero advirtió que el presupuesto no deja muchas opciones para dedicar recursos a estos capítulos y abogó por un sistema que combine la actuación del Estado con el impulso a la iniciativa privada.

En su ambicioso proyecto, la integración de los indígenas y la búsqueda de la paz en Chiapas serán objetivos prioritarios.

Su primera iniciativa, anunció, será enviar al Congreso, el martes, un proyecto de ley con la propuesta de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) sobre los acuerdos de San Andrés, suscritos por la guerrilla zapatista y el gobierno de Ernesto Zedillo.

“En Chiapas, serán las acciones y no las palabras huecas el eje vertebral de una nueva política que conduzca a la paz”, afirmó.

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