Cuadros: un mercado bastante estable desde 1999

Durante los últimos años, el mercado internacional de arte pictórico viene desafiando vaivenes. En promedio, superó a segmentos como acciones, bonos, tasas y hasta metales preciosos.

23 septiembre, 2003

El impresionismo, escuela favorita entre banqueros e inversores de Asia oriental,
ha mantenido precios. No, por supuesto, las sumas astronómicas pagadas
por japoneses en 1987/91. O sea, antes de que la crisis del sistema bancario e
hipotecario iniciase una larga recesión, de la cual recién ahora
parece salir el Sol Naciente.

En esos "años locos", Ryoei Saito -por entonces, líder
de la industria papelera- pagó US$ 86.500.000 por un retrato del Dr.Gachet
que nunca figuró entre lo mejor de Vincent van Gogh. Tiempo antes, unos
"Girasoles" de superior calidad se habían vendido a 77 millones.

De la boca para fuera, casi todos los mercaderes de arte dicen que un cuadro no
debe verse sólo como inversión. Pero, aun dejando de lado los excesos
nipones, en las últimas dos décadas no les ha ido mal a quienes
invirtieron en arte.

"El tamaño de esta plaza puede deducirse del monto involucrado en
remates, de septiembre de 2002 a agosto pasado: US$ 2.300 millones", explica
Ray Waterhouse, de Fine-Art-Brokers.com. Según estimaciones de la firma,
"entre 1999 y 2002, el mercado pictórico ha crecido 6% a valores constantes".

Pero ¿cuánto insume el "hobby"? Durante un simposio en
Hongkong, Waterhourse estimó en "no menos de un millón el gasto
para iniciar una colección seria de impresionistas y post-impresionistas
franceses. Tomando una base de US$ 50.000 por pieza".

El cálculo es empírico y se basa en operaciones con clientes norteamericanos
-no asiáticos- de la galería que Waterhouse tiene en Londres. "Ven
nuestro material y gastan un promedio de US$ 120.000 por compra, no por cuadro.
Uno de ellos empezó pidiendo asesoramiento y ya lleva invertidos U$S 60
millones en su colección".

En términos bursátiles, Waterhouse y otros expertos admiten que
"sólo es posible comparar con criterios muy flexibles. Así,
el rinde de los impresionistas contra la cartera Standard & Poor´s 500 es
superior al observado respecto del índice Hang Seng (bolsa de Hongkong)".
Elo implica que, hoy, los orientales son más cautos.

En lo tocante a autores, no hay regularidad. En el trienio 2000-2, Gustave Caillebotte
-poco conocido- y Claude Monet superaban al Hang Seng. Pero lo opuesto les ocurría
a Pierre Auguste Renoir (quizá el máximo impresionista) y a van
Gogh.

El impresionismo, escuela favorita entre banqueros e inversores de Asia oriental,
ha mantenido precios. No, por supuesto, las sumas astronómicas pagadas
por japoneses en 1987/91. O sea, antes de que la crisis del sistema bancario e
hipotecario iniciase una larga recesión, de la cual recién ahora
parece salir el Sol Naciente.

En esos "años locos", Ryoei Saito -por entonces, líder
de la industria papelera- pagó US$ 86.500.000 por un retrato del Dr.Gachet
que nunca figuró entre lo mejor de Vincent van Gogh. Tiempo antes, unos
"Girasoles" de superior calidad se habían vendido a 77 millones.

De la boca para fuera, casi todos los mercaderes de arte dicen que un cuadro no
debe verse sólo como inversión. Pero, aun dejando de lado los excesos
nipones, en las últimas dos décadas no les ha ido mal a quienes
invirtieron en arte.

"El tamaño de esta plaza puede deducirse del monto involucrado en
remates, de septiembre de 2002 a agosto pasado: US$ 2.300 millones", explica
Ray Waterhouse, de Fine-Art-Brokers.com. Según estimaciones de la firma,
"entre 1999 y 2002, el mercado pictórico ha crecido 6% a valores constantes".

Pero ¿cuánto insume el "hobby"? Durante un simposio en
Hongkong, Waterhourse estimó en "no menos de un millón el gasto
para iniciar una colección seria de impresionistas y post-impresionistas
franceses. Tomando una base de US$ 50.000 por pieza".

El cálculo es empírico y se basa en operaciones con clientes norteamericanos
-no asiáticos- de la galería que Waterhouse tiene en Londres. "Ven
nuestro material y gastan un promedio de US$ 120.000 por compra, no por cuadro.
Uno de ellos empezó pidiendo asesoramiento y ya lleva invertidos U$S 60
millones en su colección".

En términos bursátiles, Waterhouse y otros expertos admiten que
"sólo es posible comparar con criterios muy flexibles. Así,
el rinde de los impresionistas contra la cartera Standard & Poor´s 500 es
superior al observado respecto del índice Hang Seng (bolsa de Hongkong)".
Elo implica que, hoy, los orientales son más cautos.

En lo tocante a autores, no hay regularidad. En el trienio 2000-2, Gustave Caillebotte
-poco conocido- y Claude Monet superaban al Hang Seng. Pero lo opuesto les ocurría
a Pierre Auguste Renoir (quizá el máximo impresionista) y a van
Gogh.

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