Dispositivos manuales múltiples: ¿un exceso de marketing?
En países tan poco desarrollados como Indonesia, Filipinas o Malasia, la última moda son celulares cuyas pantallitas se dividen en cuatro. ¿Cómo pueden escudriñarse imágenes apenas perceptibles y con pobre audio?.
La pregunta se la formula Jeremy Wagstaff, experto en marketing del “Wall Street journal”en la web. “A menudo sospecho que quienes idean y diseñan artilugios y servicios tecnológicos tiene algo en contra nuestra. Veamos –explica- el celular, un instrumento asombroso, capaz de combinar teléfono, cámara, e-mail, música y TV, todo en una pantallita tamaño chocolatín, pensada originalmente para breves mensajes de texto”.
Pero no parece vehículo apto para televisión ni películas. No obstante, “así lo usan en Asia oriental y sudoriental. En el futuro, lo mismo ocurrirá –suponen los equipos de marketing- en las tres Américas y Europa occidental”. Por ejemplo, en Sudamérica una ola de avisos –dirigidos a adolescentes, claro- ya asocia esos celulares con la posibilidad de mover edificios, desdoblar hasta el infinito una ciudad o vivir delirantes realidades virtuales.
Wagstaff se interroga sobre presuntos atractivos. ”Con un Nokia N92, que se abre como una computadora portátil, o como una sala de maquillaje completa, uno recorre áreas de Dyakarta vía cuatro canales locales, presentados al mismo tiempos en la pantallita. Las imágenes son pequeñas, pero nítidas, salvo cuando el sol se refleja en el aparatito”. Pero el experto notó que él, un adulto, pasaba más tiempo escuchando que mirando y dedujo que “esta forma de TV móvil está a medio camino entre dos medios. Es una radio con cara.”
Más posibilidades le asigna a otro juguetito lanzado en esas costas: una conexión, tamaño encendedor, entre la “laptop” y una antena. “El dispositivo permite ver TV digital en la computadora mientras se viaja entre Singapur y Londres, verbigracia”. Cabe preguntarse hasta qué punto ese eso útil o necesario, sobre todo si compite con sistemas gratuitos como YouTube, que permiten descargar pequeños archivos de video.
La pregunta se la formula Jeremy Wagstaff, experto en marketing del “Wall Street journal”en la web. “A menudo sospecho que quienes idean y diseñan artilugios y servicios tecnológicos tiene algo en contra nuestra. Veamos –explica- el celular, un instrumento asombroso, capaz de combinar teléfono, cámara, e-mail, música y TV, todo en una pantallita tamaño chocolatín, pensada originalmente para breves mensajes de texto”.
Pero no parece vehículo apto para televisión ni películas. No obstante, “así lo usan en Asia oriental y sudoriental. En el futuro, lo mismo ocurrirá –suponen los equipos de marketing- en las tres Américas y Europa occidental”. Por ejemplo, en Sudamérica una ola de avisos –dirigidos a adolescentes, claro- ya asocia esos celulares con la posibilidad de mover edificios, desdoblar hasta el infinito una ciudad o vivir delirantes realidades virtuales.
Wagstaff se interroga sobre presuntos atractivos. ”Con un Nokia N92, que se abre como una computadora portátil, o como una sala de maquillaje completa, uno recorre áreas de Dyakarta vía cuatro canales locales, presentados al mismo tiempos en la pantallita. Las imágenes son pequeñas, pero nítidas, salvo cuando el sol se refleja en el aparatito”. Pero el experto notó que él, un adulto, pasaba más tiempo escuchando que mirando y dedujo que “esta forma de TV móvil está a medio camino entre dos medios. Es una radio con cara.”
Más posibilidades le asigna a otro juguetito lanzado en esas costas: una conexión, tamaño encendedor, entre la “laptop” y una antena. “El dispositivo permite ver TV digital en la computadora mientras se viaja entre Singapur y Londres, verbigracia”. Cabe preguntarse hasta qué punto ese eso útil o necesario, sobre todo si compite con sistemas gratuitos como YouTube, que permiten descargar pequeños archivos de video.
