Escalada de violencia en Medio Oriente

Ayer murió un soldado israelí, el segundo en menos de 24 horas, y hoy tres civiles resultaron heridos. Anoche, fueron bombardeadas posiciones palestinas. Incertidumbre respecto de la política que adoptará Sharon.

3 abril, 2001

(EFE).- La espiral de violencia y de víctimas, que se intensifica cada día en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, parece situar al primer ministro israelí, Ariel Sharón, frente a la cruda realidad de un conflicto que no sabe cómo parar y pone en entredicho sus promesas de seguridad.

Tres israelíes resultaron heridos –entre ellos, un bebé, que se encuentra grave– por el disparo de granadas de mortero por parte de palestinos hoy (martes 3), en los asentamientos judíos del sur de la franja de Gaza.

La última víctima es por ahora un soldado israelí muerto ayer lunes en la localidad cisjordana de Belén, donde tuvo lugar uno de los más violentos combates de los últimos meses entre el Ejército israelí y milicianos palestinos.

Una veintena de palestinos resultaron heridos en los enfrentamientos, en los que el Ejército israelí bombardeó posiciones como el hotel Paradise, desde donde los soldados alegan que francotiradores palestinos les disparaban.

Este es el segundo soldado israelí muerto en menos de 24 horas, y entre ellos un activista palestino de la organización radical Yihad Islámica fue asesinado en Gaza cuando un helicóptero israelí disparó dos misiles que destruyeron su coche.

Fuentes palestinas informaron hoy de que tanques israelíes destruyeron a cañonazos durante la noche una posición de la Fuerza 17, la guardia de elite del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, en el norte de la localidad de Jan Yunes, en la franja de Gaza.

Por otra parte, dos habitantes de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, junto a la frontera egipcia, resultaron heridos cuando soldados israelíes dispararon hacia unas viviendas desde donde habían abierto fuego palestinos armados.

Fuentes del hospital Nasser dijeron que los dos heridos no tenían ninguna relación con el tiroteo y pasaban por la calle cuando fueron alcanzados.

El comandante de Al Fatah en Cisjordania, Husein Al Sheij, ha amenazado con que los palestinos comenzarán a emplear los mismos métodos de “eliminación” y secuestro utilizados por el Ejército israelí contra los activistas de la “intifada”.

Al Sheij hacía referencia al asesinato de ayer del activista de la Yihad Islámica así como a la captura el pasado domingo al norte de Ramala de seis palestinos -cinco miembros de la Fuerza 17- por unidades encubiertas del Ejército israelí.

El servicio secreto israelí, Shabak, dijo hoy que tres de los detenidos han sido liberados “tras comprobarse que no tenían ninguna relación con actos terroristas”.

La captura de los seis palestinos provocó duras reacciones de la Autoridad Nacional Palestina, pues las unidades encubiertas israelíes llevaron a cabo la operación en “zona A”, es decir, en una zona bajo control total del gobierno autónomo de Yaser Arafat.

Israel acusa a la Fuerza 17, milicia de guardaespaldas de Arafat, de estar detrás de numerosos ataques antiisraelíes, y el pasado miércoles el Ejército bombardeó bases y cuarteles de esta organización en Ramala y en Gaza.

Mientras la situación no hace sino agravarse, Sharón está recluido desde hace dos días en su granja del Neguev, sur de Israel, aquejado de gripe según sus portavoces, pero los comentarios en la prensa apuntan a que menos después de un mes de haber asumido el poder ha empezado a darse cuenta de que está en una trampa.

Sharón ha visto que los métodos que prometía cuando estaba en la oposición para devolver la “seguridad” a los israelíes no le valen una vez en el poder, pues no puede emplear toda la fuerza militar para poner fin al levantamiento palestino.

Aunque desde hace una semana el Ejército israelí ha puesto fin a una relativa “contención” y ha emprendido una política de bombardeos y asesinatos “selectivos”, Sharón no tiene una idea clara sobre cómo resolver el problema sin sentarse a negociar “bajo fuego” y sin lanzar una ofensiva o reconquistar zonas autónomas palestinas, medidas que dejarían a Israel en muy mal lugar ante la opinión pública internacional y sectores pacifistas internos.

La alternativa es la continuación de la situación actual y su progresivo agravamiento, lo que haría perder a Sharón el aplastante apoyo que recibió en las elecciones, ante la derecha y los colonos, que le exigen aún más mano dura, y la izquierda, que le instaría a volver a las negociaciones aún incluso con la “intifada”.

(EFE).- La espiral de violencia y de víctimas, que se intensifica cada día en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, parece situar al primer ministro israelí, Ariel Sharón, frente a la cruda realidad de un conflicto que no sabe cómo parar y pone en entredicho sus promesas de seguridad.

Tres israelíes resultaron heridos –entre ellos, un bebé, que se encuentra grave– por el disparo de granadas de mortero por parte de palestinos hoy (martes 3), en los asentamientos judíos del sur de la franja de Gaza.

La última víctima es por ahora un soldado israelí muerto ayer lunes en la localidad cisjordana de Belén, donde tuvo lugar uno de los más violentos combates de los últimos meses entre el Ejército israelí y milicianos palestinos.

Una veintena de palestinos resultaron heridos en los enfrentamientos, en los que el Ejército israelí bombardeó posiciones como el hotel Paradise, desde donde los soldados alegan que francotiradores palestinos les disparaban.

Este es el segundo soldado israelí muerto en menos de 24 horas, y entre ellos un activista palestino de la organización radical Yihad Islámica fue asesinado en Gaza cuando un helicóptero israelí disparó dos misiles que destruyeron su coche.

Fuentes palestinas informaron hoy de que tanques israelíes destruyeron a cañonazos durante la noche una posición de la Fuerza 17, la guardia de elite del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, en el norte de la localidad de Jan Yunes, en la franja de Gaza.

Por otra parte, dos habitantes de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, junto a la frontera egipcia, resultaron heridos cuando soldados israelíes dispararon hacia unas viviendas desde donde habían abierto fuego palestinos armados.

Fuentes del hospital Nasser dijeron que los dos heridos no tenían ninguna relación con el tiroteo y pasaban por la calle cuando fueron alcanzados.

El comandante de Al Fatah en Cisjordania, Husein Al Sheij, ha amenazado con que los palestinos comenzarán a emplear los mismos métodos de “eliminación” y secuestro utilizados por el Ejército israelí contra los activistas de la “intifada”.

Al Sheij hacía referencia al asesinato de ayer del activista de la Yihad Islámica así como a la captura el pasado domingo al norte de Ramala de seis palestinos -cinco miembros de la Fuerza 17- por unidades encubiertas del Ejército israelí.

El servicio secreto israelí, Shabak, dijo hoy que tres de los detenidos han sido liberados “tras comprobarse que no tenían ninguna relación con actos terroristas”.

La captura de los seis palestinos provocó duras reacciones de la Autoridad Nacional Palestina, pues las unidades encubiertas israelíes llevaron a cabo la operación en “zona A”, es decir, en una zona bajo control total del gobierno autónomo de Yaser Arafat.

Israel acusa a la Fuerza 17, milicia de guardaespaldas de Arafat, de estar detrás de numerosos ataques antiisraelíes, y el pasado miércoles el Ejército bombardeó bases y cuarteles de esta organización en Ramala y en Gaza.

Mientras la situación no hace sino agravarse, Sharón está recluido desde hace dos días en su granja del Neguev, sur de Israel, aquejado de gripe según sus portavoces, pero los comentarios en la prensa apuntan a que menos después de un mes de haber asumido el poder ha empezado a darse cuenta de que está en una trampa.

Sharón ha visto que los métodos que prometía cuando estaba en la oposición para devolver la “seguridad” a los israelíes no le valen una vez en el poder, pues no puede emplear toda la fuerza militar para poner fin al levantamiento palestino.

Aunque desde hace una semana el Ejército israelí ha puesto fin a una relativa “contención” y ha emprendido una política de bombardeos y asesinatos “selectivos”, Sharón no tiene una idea clara sobre cómo resolver el problema sin sentarse a negociar “bajo fuego” y sin lanzar una ofensiva o reconquistar zonas autónomas palestinas, medidas que dejarían a Israel en muy mal lugar ante la opinión pública internacional y sectores pacifistas internos.

La alternativa es la continuación de la situación actual y su progresivo agravamiento, lo que haría perder a Sharón el aplastante apoyo que recibió en las elecciones, ante la derecha y los colonos, que le exigen aún más mano dura, y la izquierda, que le instaría a volver a las negociaciones aún incluso con la “intifada”.

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