Euro a más de US$ 1,245 y menor venta de bienes durables

Santa Claus eludió Wall Street. El euro marcó –inesperadamente- otro récord y, a US$ 1,2455, puede tocar 1,25 antes de nochevieja (aunque cedió algfo el viernes 26). Por otro lado, cedieron en noviembre las compras de bienes durables.

24 diciembre, 2003

Cuando muchos analistas en Londres y Nueva York esperaban que el colapso de Parmalat perjudicase al euro, éste pegó un salto y se ubicó alrededor de US$ 1,2455. Vale decir, 25,8% sobre la última cotización del año pasado. Esta sorpresa hace sospechar que, en las tres ruedas que faltan, la moneda común llegue finalmente a US$ 1,25, precio inimaginable hasta hace diez semanas. Casi sin transacciones, el viernes el precio cedió apenas: US$ 1,2435.

Pero lo que más inquieta en el piso bursátil es otra novedad no calculada: los pedidos de bienes durables bajaron en noviembre. De hecho, lo hicieron al mayor ritmo en más de un año, en una amplia gama de rubros. Así revela un informe oficial difundido el miércoles.

De acuerdo con el departamento federal de Comercio, las órdenes cedieron 3,1% a un total desestacionalizado de US$ 180.070 millones. Los gurúes de Wall Street habían predicho 0,8% de aumento. Se trata del retroceso más marcado desde septiembre de 2002 (-6%) y contrasta con el alza de 4% registrada en octubre.

La noticia elevó los precios de bonos en detrimento de las acciones. En realidad, el 24 los principales indicadores vieron evaporarse un avance moderado (0,4 a 0,8%) y cerraron con leves bajas: 0,35% en el Dow-Jones industrial, 0,28% en el Nasdaq compuesto y 0,18% en el Standard&Poor’s 500.Al cerrar la semana, recobraban de 0,18 a 0,20%.

El efecto de las nuevas estadísticas fue más bien psicológico porque, hasta el martes, diciembre había sido una sucesión de indicadores positivos. La bolsa orillaba la euforia, con varias máximas sucesivas en los paneles básicos. Aunque algunos analistas trataban de calmar los nervios, señalando que este tipo de indicadores es volátil, la baja afectó, aviones, coches, armas, equipos militares, computadoras y electrónicos (las más golpeadas: -10% ambas).

Poco después, el departamento de Trabajo revelaba que las nuevas solicitudes de subsidios por desempleo bajaron menos de lo previsto, durante la tercer semana del mes. Apenas mil, de 354.000 a 353.000. El mercado apostaba a menos de 340.000.

Cuando muchos analistas en Londres y Nueva York esperaban que el colapso de Parmalat perjudicase al euro, éste pegó un salto y se ubicó alrededor de US$ 1,2455. Vale decir, 25,8% sobre la última cotización del año pasado. Esta sorpresa hace sospechar que, en las tres ruedas que faltan, la moneda común llegue finalmente a US$ 1,25, precio inimaginable hasta hace diez semanas. Casi sin transacciones, el viernes el precio cedió apenas: US$ 1,2435.

Pero lo que más inquieta en el piso bursátil es otra novedad no calculada: los pedidos de bienes durables bajaron en noviembre. De hecho, lo hicieron al mayor ritmo en más de un año, en una amplia gama de rubros. Así revela un informe oficial difundido el miércoles.

De acuerdo con el departamento federal de Comercio, las órdenes cedieron 3,1% a un total desestacionalizado de US$ 180.070 millones. Los gurúes de Wall Street habían predicho 0,8% de aumento. Se trata del retroceso más marcado desde septiembre de 2002 (-6%) y contrasta con el alza de 4% registrada en octubre.

La noticia elevó los precios de bonos en detrimento de las acciones. En realidad, el 24 los principales indicadores vieron evaporarse un avance moderado (0,4 a 0,8%) y cerraron con leves bajas: 0,35% en el Dow-Jones industrial, 0,28% en el Nasdaq compuesto y 0,18% en el Standard&Poor’s 500.Al cerrar la semana, recobraban de 0,18 a 0,20%.

El efecto de las nuevas estadísticas fue más bien psicológico porque, hasta el martes, diciembre había sido una sucesión de indicadores positivos. La bolsa orillaba la euforia, con varias máximas sucesivas en los paneles básicos. Aunque algunos analistas trataban de calmar los nervios, señalando que este tipo de indicadores es volátil, la baja afectó, aviones, coches, armas, equipos militares, computadoras y electrónicos (las más golpeadas: -10% ambas).

Poco después, el departamento de Trabajo revelaba que las nuevas solicitudes de subsidios por desempleo bajaron menos de lo previsto, durante la tercer semana del mes. Apenas mil, de 354.000 a 353.000. El mercado apostaba a menos de 340.000.

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