Operaciones alta frecuencia: otra manipulación riesgosa

Este tipo de transacciones (high-frequency trading, TAF en castellano), en manos de bancas de inversión, fondos de cobertura –derivativos- y otros jugadores al límite representa 60% de operaciones volátiles en Estados Unidos. De ahí su proliferación.

2 enero, 2010

<p>Las utilidades en la primera mitad de 2009 se estiman entre US$ 4.000 y 10.000 millones, una amplitud que revela lo peligroso del segmento. Ante este panorama, legisladores, reguladores y economistas se preguntan si las TAF no acabar&aacute;n perjudicando a ahorristas e inversores f&iacute;sicos. <br />
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&ldquo;La gente no entiende estas estrategias y flota un aire de desconfianza acerca de sus efectos en los mercados&rdquo;, se&ntilde;ala Robert Stambaugh en Knowledge@Wharton.<br />
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Sus defensores en cambio sostienen que las TAF crean liquidez, asegurando que siempre habr&aacute; compradores o vendedores disponibles. Colegas del analista indican que, hasta ahora, no aparecen amenazas ni peligros. Por el contrario, esas transacciones pueden significar ventajas en costos para quienes se colocan en fondos mutuales y otras variantes.<br />
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Al mismo tiempo, otros expertos consultados por el sitio subrayan que no se sabe lo suficiente sobre la modalidad, los efectos de sus veloces operaciones y el peligro de facilitar apalancamientos y especulaciones. Eventualmente, un grupo lo bastante nutrido de jugadores podr&iacute;a interactuar y generar otra crisis sist&eacute;mica internacional.<br />
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El universo TAF &ldquo;involucra operadores con computadoras capaces de aprovechar leves discrepancias en precios&rdquo;, explica Marshall Blume. &ldquo;Por lo com&uacute;n, los economistas financieros creen que el m&eacute;todo devuelve finalmente las cotizaciones al nivel donde debieran estar. Por ende, si las TAF aportan liquidez y aseguran precios justos, ser&aacute;n positivas. Pero existe un riesgo dif&iacute;cil de documentar: la manipulaci&oacute;n de mercados&rdquo;.<br />
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Entregar a una m&aacute;quina la toma de decisiones no siempre resulta bien, advierte Ital Goldstein, profesor de finanzas en Wharton. &ldquo;Muchos piensan que el crac de 1987 (bonos chatarra) fue causado por maniobras tipo TAF. En ese caso, un c&iacute;rculo vicioso sali&oacute; de control porque complejos programas inform&aacute;ticos generaron ventas en masa, en respuesta a una ca&iacute;da de precios, y el resto de las computadoras enchufadas se uni&oacute; a la estampida&rdquo;.<br />
Las transacciones de alta frecuencia echan mano a supercomputadoras tipo C-5 que buscan utilidades asociadas a cambios tan r&aacute;pidos que el ojo humano no los percibe. Por ejemplo, un min&uacute;sculo aumento en la brecha entre precios de compra y venta o una leve, fugaz diferencia de valores entre diversos mercados del mundo. <br />
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En 1997, la <em>Securities &amp; Exchange Commission </em>(comisi&oacute;n federal de valores) instituy&oacute; sistemas de transacci&oacute;n alternativos (ATS), que abrieron los pisos burs&aacute;tiles a plataformas electr&oacute;nicas capaces de competir con los mercados tradicionales. Dos a&ntilde;os despu&eacute;s, se cotizaban especies no hasta el 1/16 de fracci&oacute;n usual, sino hasta 1/100 (un centavo). Esto achic&oacute; las diferencias (spreads) y oblig&oacute; a buscar alternativas.<br />
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En 1999, pues, los ATS les abrieron las puertas a las plataformas electr&oacute;nicas para competir con las principales bolsas, empezando por Nueva York. M&aacute;s tarde, proliferaban transacciones por hasta 1/100 de brecha. Justamente, entre 2000 y 2001 se desinfl&oacute; la burbuja puntocom. Era inevitable que se buscasen alternativas de sobrevivencia.<br />
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Por fin, el sistema nacional para regulaci&oacute;n nacional de mercados (RNMS en ingl&eacute;s), otro instrumento creado de apuro por la SEC en 2005, requiri&oacute; que las &oacute;rdenes de compraventa se cursaran en escala nacional, no s&oacute;lo en determinadas bolsas. Ello permite a los operadores de alta frecuencia ganar jugando con leves diferencias entre un mercado y otro.<br />
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Ahora, reguladores y legisladores se muestran particularmente alertas ante eventuales riesgos ocultos en instrumentos o estrategias opacas aun para Wall Street. As&iacute;, son&oacute; la alarma al proliferar nuevas cuentas, a mediados de 2009, centradas en &oacute;rdenes ultrarr&aacute;pidas (&ldquo;flash&rdquo;), un subsegmento de TAF que explota huecos normativos y depara acceso un segundo antes de que se las trasmita al resto de los operadores.<br />
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Esas TAF ultraveloces han sido objetadas porque &ldquo;otorgan ventajas a los privilegiados y promueven abusos&rdquo;, opina Franklin Allen, otro experto de Wharton. &ldquo;Es una forma de correr con ventajas generalmente il&iacute;citas, pues implica utilidades originadas en informaci&oacute;n adelantada, en desmedro para el resto del mercado&rdquo;.<br />
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Hacia mediados de septiembre, la SEC propuso una veda y el Nasdaq se apresur&oacute; a prohibir la pr&aacute;ctica. En pocos d&iacute;as, un n&uacute;mero de intermediarias abandonaron las TAF ultrarr&aacute;pidas.</p>
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