Propuesta a acreedores: quita nominal algo superior a 60%

Economía espera 70% de adhesión a la oferta, cuya quita será 75% a valor de mercado. El monto a restructurar suma U$S 104.100, pero cederá a 99.400 millones si no se logra ese 70%. Se emitirá deuda por 43.200 o 38.500 millones según el caso.

2 junio, 2004

Contra la actitud ostensible de algunos fondos buitres y sus voceros, en general los analistas allegados al negocio financiero y bursátil internacional estiman que el nuevo esquema será aceptado, aunque no sin discusiones. Éstas se reinician el lunes 7 y llegarán hasta el miércoles 16. Por su parte, el gobierno ha hecho saber que, en el monto total sujeto a restructuración, hay 81.200 millones en bonos públicos –afectados por el cese unilateral de pagos- y US$ 18.200 millones en intereses.

Al borde de la renegociación, aflojan las presiones para inflar bonos en poder de acreedores privados. Tampoco se renuevan las “advertencias” de funcionarios allegados a Anne Krueger en el Fondo Monetario. Probablemente, la inclusión de intereses y comisiones haya calmado los nervios en esa entidad y el Banco Mundial, hoy favorable a la propuesta.

El tramo “macroeconómico” del paquete prevé 3,9% de crecimiento en el producto bruto interno para 2005. Hay un futuro bono cuyos cupones –se cortan desde 2006- estarán sujetos a que ese índice
no sea inferior a 3% anual a precios corrientes. El acuerdo con el FMI actúa como bisagra, pues el superávit fiscal comprometido hasta 2011 equivale a 2,7% del PBI.

Días atrás, Roberto Lavagna aludía a maniobras de algunos fondos especulativos (los “buitres”) para inflar las cotizaciones de bonos en incumplimiento. El objeto era restar impulso a la propuesta que Buenos Aires acaba de formular. Inclusive, varios medios –entre ellos, radios de corte amarillista- afirmaban que la provincia de Santa Cruz estaba comprando esos papeles, cosa que no había hecho.

Contra la actitud ostensible de algunos fondos buitres y sus voceros, en general los analistas allegados al negocio financiero y bursátil internacional estiman que el nuevo esquema será aceptado, aunque no sin discusiones. Éstas se reinician el lunes 7 y llegarán hasta el miércoles 16. Por su parte, el gobierno ha hecho saber que, en el monto total sujeto a restructuración, hay 81.200 millones en bonos públicos –afectados por el cese unilateral de pagos- y US$ 18.200 millones en intereses.

Al borde de la renegociación, aflojan las presiones para inflar bonos en poder de acreedores privados. Tampoco se renuevan las “advertencias” de funcionarios allegados a Anne Krueger en el Fondo Monetario. Probablemente, la inclusión de intereses y comisiones haya calmado los nervios en esa entidad y el Banco Mundial, hoy favorable a la propuesta.

El tramo “macroeconómico” del paquete prevé 3,9% de crecimiento en el producto bruto interno para 2005. Hay un futuro bono cuyos cupones –se cortan desde 2006- estarán sujetos a que ese índice
no sea inferior a 3% anual a precios corrientes. El acuerdo con el FMI actúa como bisagra, pues el superávit fiscal comprometido hasta 2011 equivale a 2,7% del PBI.

Días atrás, Roberto Lavagna aludía a maniobras de algunos fondos especulativos (los “buitres”) para inflar las cotizaciones de bonos en incumplimiento. El objeto era restar impulso a la propuesta que Buenos Aires acaba de formular. Inclusive, varios medios –entre ellos, radios de corte amarillista- afirmaban que la provincia de Santa Cruz estaba comprando esos papeles, cosa que no había hecho.

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