Represalia rusa a Europa y EE.UU.

Putin les paga con la misma moneda y encarga un listado de productos que serán limitados o prohibidos un año, como respuesta oficial a las sanciones no sólo desde Unión Europea y Estados Unidos, sino otros países como Suiza.

7 agosto, 2014

Rusia ha respondido oficialmente a las sanciones occidentales con un decreto. El presidente Vladímir Putin firmó el decreto que ordena prohibir o limitar la importación desde los países que han tomado medidas “contra personas jurídicas físicas” o que se han unido a ellas. El primer punto ordena prohibir o limitar “la entrada a territorio de la Federación Rusa de determinados productos agropecuarios, crudos y alimentos” desde países que han impuesto sanciones contra Rusia.

 

En el segundo punto, encarga al Gobierno determinar la lista de los tipos de productos afectados por esta limitación, que podrá ser corregida si es necesario “para el equilibrio del mercado y para evitar que los precios suban aceleradamente”.

 

La prohibición estará inicialmente en vigor durante un año, plazo que podrá ser modificado dependiendo de la situación. Esto quiere decir que si Occidente no prolonga las sanciones introducidas por tres meses, Moscú probablemente levantaría algunas de las medidas que planea introducir.

 

El decreto de Putin es la primera represalia oficial a las sanciones que ha introducido Occidente a raíz de la crisis de Ucrania. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea consideran que Rusia desestabiliza la situación en el país vecino al apoyar a los separatistas de Donetsk y Lugansk, a los que, según afirma Washington, ha entregado armamento pesado.

 

Moscú, que no oculta su simpatía con los rebeldes ucranios, niega que les pase armas y, sobre todo, que les haya entregado la lanzadera de misiles Buk con la que Estados Unidos cree que fue derribado un avión comercial malasio, el pasado julio con 298 personas a bordo. Todavía no hay pruebas contundentes de quiénes en realidad dispararon el misil que causó la tragedia, pero Occidente está convencido de que fueron los separatistas, por más que estos lo nieguen y que el Kremlin pida que muestren las fotos de los satélites estadounidenses que lo prueben.

 

Con anterioridad al decreto de Putin, Rusia ya había tomado de hecho ciertas medidas de represalia, pero no eran una respuesta estatal oficial y aducían medidas sanitarias como excusa, como cuando prohibieron la importación de manzanas polacas o de leche ucrania.

 

Debido a ello, algunos comentaristas tanto en Rusia como en el extranjero pensaban que el Kremlin se limitaría a adoptar esas medidas, que tenían un carácter más bien simbólico. Pero ahora está claro que Rusia quiere responder de manera que los países afectados sientan el golpe. Sorprendentemente, Rusia y Ucrania no han roto relaciones comerciales, como sí ha sucedido en otros conflictos, como el de Georgia.

 

Habrá que esperar, sin embargo, a que el Gobierno elabore la lista de productos vetados y sus países de procedencia para ver el auténtico alcance de las nuevas prohibiciones. Entre los candidatos a ser afectados podría estar la carne de ave y huevos procedentes de EE UU.

 

En cualquier caso, todavía no se produce el peor escenario, que algunos no descartan, y que consistiría en la denuncia de los acuerdos de armamento o en el torpedeo del proceso diplomático en torno de Irán y Siria.

 

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