Telcos: cunde la venta de acciones en Europa occidental

No se salvó nadie. Desde Deutsche Telekom a British Telecom, Vodafone, France Télécom, KPN y Telecom Italia. El mercado las castiga por haberse descuidado el negocio en aras de una fiebre de fusiones y adquisiciones.

11 agosto, 2006

La mecha la encendió, en un espinel bursátil sensibilizado por el frustrado ataque terrorista al negocio aerocomercial, DT. La compañía anunció que debía reducir en mil millones de euros sus proyecciones de rentabilidad en 2006. Durante el primer trimestre, el gigante alemán –la mayor telco europea- vio ceder 4% las ganancias, a € 9.600 millones.

El título DT cayó hasta 10% el jueves en la deutsche Börse, Fráncfort, y cerró perdiendo 7,6%. En Londres, British Telecom bajaba 2,5%, en tanto Vodafone –líder mundial en telefonía inalámbrica- perdía 3,9%, a pocos meses de haber sufrido un quebranto de US$ 40.000 millones, del cual ya no habla la prensa local, pese a su acendrada ortodoxia puertas afuera.

En París, France Télécom descendía algo menos de 2%, igual que la holandesa KPN en Amsterdam y la helvética Swisscom en Zürich. Más expuesta, Telecom Italia cedía 2,8%, mientras la otra firma manejada por Marco Tronchetti –Pirelli- marcaba 2,3% de reflujo en Milán.

El trasfondo del repentino fenómeno es obvio: los inversores temen que los problemas de DT sean comunes a todo el sector. Vale decir, crecimiento casi nulo de negocios, márgenes de utilidad en constante baja y una competencia salvaje que obliga a reducir precios y tarifas a niveles irredituables. La desilusión de los alemanes proviene especialmente del mercado interno, donde en enero-junio las ventas descendieron 3% (contra un alza de 13% en operaciones internacionales).

Mientras, el segmento Internet, o sea T-Com, perdió casi 500.000 abonados. Al mismo tiempo, su filial inalámbrica (aliada a T-Mobile) siente la competencia de otros operadores, empezando por Vodafone. Inmediatamente después de las malas noticias, DT, FT y TI han anunciado estrategias más agresivas para el último cuadrimestre del año. Pero deben tener en cuenta que los mercados emiten un mensaje claro para telcos, bancas de inversión y sus analistas: la fiebre de F&A ya no puede seguir, porque en el fondo no conduce a nada.

La mecha la encendió, en un espinel bursátil sensibilizado por el frustrado ataque terrorista al negocio aerocomercial, DT. La compañía anunció que debía reducir en mil millones de euros sus proyecciones de rentabilidad en 2006. Durante el primer trimestre, el gigante alemán –la mayor telco europea- vio ceder 4% las ganancias, a € 9.600 millones.

El título DT cayó hasta 10% el jueves en la deutsche Börse, Fráncfort, y cerró perdiendo 7,6%. En Londres, British Telecom bajaba 2,5%, en tanto Vodafone –líder mundial en telefonía inalámbrica- perdía 3,9%, a pocos meses de haber sufrido un quebranto de US$ 40.000 millones, del cual ya no habla la prensa local, pese a su acendrada ortodoxia puertas afuera.

En París, France Télécom descendía algo menos de 2%, igual que la holandesa KPN en Amsterdam y la helvética Swisscom en Zürich. Más expuesta, Telecom Italia cedía 2,8%, mientras la otra firma manejada por Marco Tronchetti –Pirelli- marcaba 2,3% de reflujo en Milán.

El trasfondo del repentino fenómeno es obvio: los inversores temen que los problemas de DT sean comunes a todo el sector. Vale decir, crecimiento casi nulo de negocios, márgenes de utilidad en constante baja y una competencia salvaje que obliga a reducir precios y tarifas a niveles irredituables. La desilusión de los alemanes proviene especialmente del mercado interno, donde en enero-junio las ventas descendieron 3% (contra un alza de 13% en operaciones internacionales).

Mientras, el segmento Internet, o sea T-Com, perdió casi 500.000 abonados. Al mismo tiempo, su filial inalámbrica (aliada a T-Mobile) siente la competencia de otros operadores, empezando por Vodafone. Inmediatamente después de las malas noticias, DT, FT y TI han anunciado estrategias más agresivas para el último cuadrimestre del año. Pero deben tener en cuenta que los mercados emiten un mensaje claro para telcos, bancas de inversión y sus analistas: la fiebre de F&A ya no puede seguir, porque en el fondo no conduce a nada.

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