BCRA condiciona baja de encajes

Sin la aprobación de un crédito contingente de US$ 1.000 millones con el respaldo del BID y el BM, Pou no está dispuesto a dar el OK.

4 abril, 2000

El BCRA condicionó la reducción de los encajes bancarios a la obtención de una línea de crédito contingente de cuatro bancos privados, con el respaldo de US$ 1.000 millones por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM).

El comunicado señala que las ofertas que se están estudiando del HSBC, ING Baring, Citibank y Merril Lynch “están condicionadas a un uso especial de la línea de crédito oportunamente obtenida del BM y del BID”, y que dicho uso “deberá ser aprobado por ambos organismos, estimándose que la tramitación no durará más de cuatro meses”.

Conocida la noticia de la negociación con los bancos privados para obtener esa cobertura y reducir los encajes, distintos economistas locales emitieron opiniones encontradas respecto de la conveniencia y oportunidad de la decisión.

Según el diario El Cronista, el detonante de la situación habría sido la opinión de Teresa Ter Minassian, del FMI, quien dijo no estar convencida del proyecto, y destacó que el problema de la Argentina no era la falta de liquidez “sino la falta de demanda de crédito”.

El comunicado de ayer indica que la línea de crédito “se utilizará para reducir -en forma gradual y sin causar disrupción en el mercado de créditos- una fracción de los requisitos de liquidez”, que la medida “es de carácter estructural, apuntando a fortalecer el sistema financiero” y no a “resolver una situación coyuntural del mercado de crédito”.

El BCRA condicionó la reducción de los encajes bancarios a la obtención de una línea de crédito contingente de cuatro bancos privados, con el respaldo de US$ 1.000 millones por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM).

El comunicado señala que las ofertas que se están estudiando del HSBC, ING Baring, Citibank y Merril Lynch “están condicionadas a un uso especial de la línea de crédito oportunamente obtenida del BM y del BID”, y que dicho uso “deberá ser aprobado por ambos organismos, estimándose que la tramitación no durará más de cuatro meses”.

Conocida la noticia de la negociación con los bancos privados para obtener esa cobertura y reducir los encajes, distintos economistas locales emitieron opiniones encontradas respecto de la conveniencia y oportunidad de la decisión.

Según el diario El Cronista, el detonante de la situación habría sido la opinión de Teresa Ter Minassian, del FMI, quien dijo no estar convencida del proyecto, y destacó que el problema de la Argentina no era la falta de liquidez “sino la falta de demanda de crédito”.

El comunicado de ayer indica que la línea de crédito “se utilizará para reducir -en forma gradual y sin causar disrupción en el mercado de créditos- una fracción de los requisitos de liquidez”, que la medida “es de carácter estructural, apuntando a fortalecer el sistema financiero” y no a “resolver una situación coyuntural del mercado de crédito”.

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