Cumbre contra el terrorismo

La cumbre de EEUU y los países árabes moderados respaldó la "Hoja de Ruta" y la lucha contra el terrorismo como único camino hacia la paz en Oriente Medio que permita crear un estado palestino independiente en el 2005.

3 junio, 2003

La reunión marcó la puesta de largo en la escena internacional del primer ministro palestino, Majmud Abás (Abú Mazen), quien, arropado por algunos de los principales líderes árabes, mantuvo su primer encuentro cara a cara con el presidente estadounidense, George W. Bush.

Bush señaló al final de la cumbre de Sharm el Sheij que “si todas las partes cumplen sus obligaciones, podremos realizan progresos constantes” hacia una paz permanente que garantice un Estado palestino y la seguridad de Israel.

La cumbre también manifestó el compromiso de los países árabes moderados en apoyar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que ésta pueda cumplir su responsabilidad de “poner fin a la violencia y mantener la ley y el orden”, en referencia al terrorismo anti-israelí.

Este apoyo a la lucha antiterrorista de la ANP “es un aspecto clave” de la reunión, señaló el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien consideró “muy firme” la declaración árabe y valoró el respaldo “absoluto” al primer ministro palestino.

Además, Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Bahrein y la ANP se comprometieron en su declaración a luchar contra las organizaciones que apoyan y financian al terrorismo, y a que su ayuda se dirija exclusivamente a las autoridades legales palestinas.

Pero los países árabes señalaron muy claramente que Israel debe “cumplir de forma simultánea sus responsabilidades”, especialmente la mejora de las condiciones de vida del pueblo palestino, y recalcaron que la paz debe “terminar la ocupación que comenzó en 1967”.

El formato de la cumbre, con declaraciones separadas del anfitrión, el presidente egipcio Hosni Mubarak, y de Bush, evitó las preguntas de la prensa, en un ambiente frío que evidenció las diferencias pendientes y el largo camino que aún queda por recorrer.

Así, mientras el presidente norteamericano insistió en pregonar la importancia de la lucha contra el terrorismo y sus redes de financiación, los árabes, por boca de Mubarak, incidieron en poner sobre el tapete los puntos que atañen a Israel.
“Todo progreso hacia la paz requiere el rechazo del terrorismo”, afirmó Bush, quien mañana se reunirá en Aqaba (Jordania) con los primeros ministros de Israel, Ariel Sharón, y de la ANP.

En Aqaba, Bush quiere dejar claro a ambos gobernantes que deben asumir sus responsabilidades y tomar decisiones difíciles, por lo que les prometió todo su apoyo.
“Estados Unidos y yo estamos comprometidos a ayudar a todas las partes a tomar las decisiones duras y heroicas que conducirán a la paz”, dijo Bush, quien insistió en que “buscamos un paz verdadera,
no una pausa entre más guerras y más intifadas”.

Mubarak, al emitir la declaración árabe, pidió a Israel el cumplimiento de las obligaciones que le asigna la “Hoja de Ruta”, entre las que figura la cuestión de los asentamientos en los territorios ocupados, uno de los puntos más controvertidos en la sociedad israelí.
Preguntado sobre si Bush está dispuesto a presionar de verdad a Israel (aliado tradicional de EEUU), el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, aseguró hoy que el presidente “hará que todas las partes cumplan su responsabilidad”.

Estados Unidos está preparando el despliegue de un grupo de asesores y observadores para controlar sobre el terreno de forma permanente el grado de cumplimiento israelí y palestino de los compromisos que vayan asumiendo.
Las declaraciones de hoy, negociadas durante los últimos dos días, mencionaron también Irak y el compromiso de colaborar para poner en marcha un gobierno autóctono democrático y con respeto por los derechos humanos.

Fuente: EFE

La reunión marcó la puesta de largo en la escena internacional del primer ministro palestino, Majmud Abás (Abú Mazen), quien, arropado por algunos de los principales líderes árabes, mantuvo su primer encuentro cara a cara con el presidente estadounidense, George W. Bush.

Bush señaló al final de la cumbre de Sharm el Sheij que “si todas las partes cumplen sus obligaciones, podremos realizan progresos constantes” hacia una paz permanente que garantice un Estado palestino y la seguridad de Israel.

La cumbre también manifestó el compromiso de los países árabes moderados en apoyar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que ésta pueda cumplir su responsabilidad de “poner fin a la violencia y mantener la ley y el orden”, en referencia al terrorismo anti-israelí.

Este apoyo a la lucha antiterrorista de la ANP “es un aspecto clave” de la reunión, señaló el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien consideró “muy firme” la declaración árabe y valoró el respaldo “absoluto” al primer ministro palestino.

Además, Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Bahrein y la ANP se comprometieron en su declaración a luchar contra las organizaciones que apoyan y financian al terrorismo, y a que su ayuda se dirija exclusivamente a las autoridades legales palestinas.

Pero los países árabes señalaron muy claramente que Israel debe “cumplir de forma simultánea sus responsabilidades”, especialmente la mejora de las condiciones de vida del pueblo palestino, y recalcaron que la paz debe “terminar la ocupación que comenzó en 1967”.

El formato de la cumbre, con declaraciones separadas del anfitrión, el presidente egipcio Hosni Mubarak, y de Bush, evitó las preguntas de la prensa, en un ambiente frío que evidenció las diferencias pendientes y el largo camino que aún queda por recorrer.

Así, mientras el presidente norteamericano insistió en pregonar la importancia de la lucha contra el terrorismo y sus redes de financiación, los árabes, por boca de Mubarak, incidieron en poner sobre el tapete los puntos que atañen a Israel.
“Todo progreso hacia la paz requiere el rechazo del terrorismo”, afirmó Bush, quien mañana se reunirá en Aqaba (Jordania) con los primeros ministros de Israel, Ariel Sharón, y de la ANP.

En Aqaba, Bush quiere dejar claro a ambos gobernantes que deben asumir sus responsabilidades y tomar decisiones difíciles, por lo que les prometió todo su apoyo.
“Estados Unidos y yo estamos comprometidos a ayudar a todas las partes a tomar las decisiones duras y heroicas que conducirán a la paz”, dijo Bush, quien insistió en que “buscamos un paz verdadera,
no una pausa entre más guerras y más intifadas”.

Mubarak, al emitir la declaración árabe, pidió a Israel el cumplimiento de las obligaciones que le asigna la “Hoja de Ruta”, entre las que figura la cuestión de los asentamientos en los territorios ocupados, uno de los puntos más controvertidos en la sociedad israelí.
Preguntado sobre si Bush está dispuesto a presionar de verdad a Israel (aliado tradicional de EEUU), el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, aseguró hoy que el presidente “hará que todas las partes cumplan su responsabilidad”.

Estados Unidos está preparando el despliegue de un grupo de asesores y observadores para controlar sobre el terreno de forma permanente el grado de cumplimiento israelí y palestino de los compromisos que vayan asumiendo.
Las declaraciones de hoy, negociadas durante los últimos dos días, mencionaron también Irak y el compromiso de colaborar para poner en marcha un gobierno autóctono democrático y con respeto por los derechos humanos.

Fuente: EFE

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