Performance y complejidad del sistema tributario argentino

Argentina presenta un elevado nivel de presión tributaria, que se asemeja al de los países desarrollados, pero con una estructura sustantivamente distinta en diseño y objetivos; así y todo, la recaudación es insuficiente para financiar el gasto.

28 junio, 2023

Por Diego Rivas y Lucio Cardinale (*)

Porque la elevada presión tributaria y el gasto público conviven con un sistema tributario excesivamente complejo y con altos niveles de inflación.

El objetivo de este informe es dar continuidad al indicador de performance del sistema tributario argentino expuesto por primera vez por el Centro de Estudios Tributarios de la Universidad Austral en abril de 2022.

El índice a nivel global sigue mostrando una tendencia decreciente, explicada por los problemas de déficit fiscal agravados en los últimos años. Comparando sus componentes desagregados con la OECD, Argentina se encuentra en el último puesto en términos de complejidad del sistema (al igual que año anterior), de alícuota de impuesto a las ganancias de empresas (empeorando su posición debido a su incremento en 2021) y en el grupo de los últimos 20 países en términos de déficit fiscal.

De este modo, el sistema tributario argentino no cumple con el objetivo de suficiencia, y presenta una altísima complejidad que compromete el de eficiencia.

Luego de la crisis de 2001/2002, Argentina experimentó un fuerte crecimiento en la presión tributaria que ubicó al país en valores cercanos a los de las economías avanzadas, alrededor del 30%. En el periodo 2015-2018 experimentó una leve reducción para luego, en el período 2018-2020, tener un nuevo incremento. Se observan tres etapas bien marcadas en la política tributaria de nuestro país en los últimos 20 años con oscilaciones, pero con un patrón común de elevada presión tributaria.

Los cambios de gobierno han generado modificaciones en la estructura tributaria, pero no en el peso de los impuestos sobre la sociedad. Si bien algunos tributos aumentan su participación sobre el PBI en algunos períodos, y otros la disminuyen, la presión tributaria al cierre de cada una de las gestiones presidenciales osciló entre 26,37% en 2007 y 31,45% en 2015.

Seguridad social, ganancias personas físicas e ingresos brutos vieron aumentar su peso en la recaudación durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y la vieron reducir en la de Mauricio Macri, además de ganancias sociedades.

En el primer año de Alberto Fernández, el impuesto PAÍS y bienes personales fueron los que explicaron el incremento de la presión tributaria. Los aumentos de la presión tributaria no se han visto acompañados por un proceso de crecimiento económico, donde el incremento de impuestos se verifica en una economía estancada o en recesión, en especial, los últimos años.

El proceso inflacionario agrava la presión tributaria con severas características negativas sobre el sistema. En 2021, luego de transcurrida la pandemia COVID-19, se produjo una aceleración de la inflación. Esta mayor inflación ha generado una importante redistribución de ingresos y representa una fuente relevante de obtención de recursos para el gobierno. Además, tiene fuertes efectos regresivos, es decir, los sectores más vulnerables son los más castigados.

La similitud de Argentina con los países avanzados se limita solo a los niveles de presión tributaria, no así en la estructura. En nuestro país, los principales impuestos priorizan la facilidad de cobro, pero son altamente distorsivos destruyendo los incentivos a la inversión y el crecimiento. El IVA es el corazón del sistema, seguido por los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, los impuestos provinciales (Ingresos Brutos), el impuesto a las ganancias y los derechos de exportación: explican más del 80% de la recaudación.

De hecho, de los 165 tributos que existen en todo el territorio nacional en los tres niveles de gobierno, solo 12 recaudan aproximadamente el 90% de lo producido. Pero no solo la cantidad y magnitud de los impuestos en nuestro país representan un problema de nuestro sistema tributario. La carga administrativa que recae sobre los contribuyentes es elevada. La cantidad de regímenes de retención, percepción y pagos a cuenta es un claro ejemplo de ello.

 (*) Autores del informe “Performance del sistema tributario argentino”, del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad Austral.

 

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