Las utilidades totales obtenidas por todos los bancos durante los ejercicios anuales finalizados en 1994 ascendieron a $ 482,6
millones, que relacionados con el patrimonio neto (capital más reservas) acumulado por esas entidades ($ 12.921,5 millones)
determinaron una rentabilidad de 3,73%, muy inferior a la del año anterior (8,62%) cuando sobre un patrimonio de $ 9.498
millones los beneficios ascendieron a $ 818 millones.
La acentuada caída que mostraron los beneficios en 1994 está muy vinculada con la mayor competencia que caracterizó
este período y la fuerte repercusión de la caída de las cotizaciones de los títulos públicos y de las acciones sobre los
rendimientos de las entidades que cerraron los períodos anuales en diciembre.
Entre los bancos privados nacionales el de Coronel Dorrego fue el más rentable, lo que no impidió que este año el Banco
Central suspendiera sus actividades por 30 días por serios problemas de iliquidez. En el ejercicio cerrado el 30 de junio de
1994 las ganancias de esta entidad ascendieron a $ 3,1 millones sobre un patrimonio neto de
$ 6,9 millones (44,93%).
Algo parecido ocurrió con el UNB, que después del llamado efecto tequila soportó problemas de iliquidez que
impulsaron la decisión de fusionarse con Medefin. El UNB cerró el ejercicio el 30 de septiembre con ganancias por $ 11,3
millones y un patrimonio neto de $ 41,3 millones (27,36%).
Después de ambos se ubica el Sáenz, que en el balance cerrado el 31 de diciembre obtuvo beneficios por $ 14,2 millones
equivalentes a 26,74% de su patrimonio neto ($ 53,1 millones).
Entre los de capital extranjero el más rentable fue el Citibank (9,81%), mientras que entre los cooperativos se destacó el
Integrado Departamental (21,40%), cuyas actividades también fueron suspendidas por el Banco Central a partir del martes
18 de abril.